elnegroHinojo
POR QUÉ ME PASÉ DE MALO
Y sí. Debo admitirlo. Soy demasiado malvado como para considerarme
normal.
Desde que me acuerdo, siempre he sentido ese deseo innato de hacer
daño, y de lo que no me había percatado antes, es que nunca
me hizo falta una razón para hacerlo. Daño, sólo por
hacer daño, eso no es natural. Si uno dijera que lo hago porque me
defiendo, o me duele algo, o porque tengo hambre, o por alguna razón
fisiológica, bueno, estaría dentro del rango de lo natural.
Pero no.
Para poder identificarme con otro animal, primero tengo que aceptar que la
maldad en mí, excede a la que me corresponde por ser un cocodrilo
sano, lo que sólo me deja la opción de identificarme… con un
humano.
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altorcan
DE LARVA A IMAGO
Soy como la mariposa, que progresa de gusano a maravilla de colores
volanderos. Yo he sufrido una transformación semejante. Eran las
tardes lentas del final del verano, cuando el cirujano me indujo un
cálido letargo, y cambió con su escalpelo la fuerza en
sutileza. Después, me envolvió en finos lienzos, como
crisálida que busca su nueva forma, y fue moldeando con sustancias
de vida las redondeces de mi figura. A medida que recobraba energía,
sentía deseos de emplear mis conseguidas alas, coloreadas con
mágicos dibujos, en vuelos de pasión y sentimiento.
Acabará el verano con un crepúsculo grana, y en mi regreso
daré al mundo nuevas risas, canciones y versos. Serán cauces
de espejos sonoros, fluyendo sobre arenas amorosas. Mis ayollos,
recién despiertos al frescor del otoño, dirán que otra
vez la existencia me aguarda después del reposo estival de la
ninfa.
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m_a_g_d_a2000
LAGARTIJA
Mírala. Aparece entre los rosales. Se asoma sólo un momento,
el tiempo justo para perderse entre la hiedra, corriendo, sin ocuparse de
nada ni de nadie pero sin esconderse, el ruido de su carrera bajo la
hojarasca nos dice que ahí está. No la asusta el sonido del
cortacésped en algún jardín cercano, va a lo suyo.
Cada año se repite el ritual, me atrae, me subyuga. Su
aparición representa el comienzo del buen tiempo, la vuelta de la
naturaleza a la vida. Yo también revivo en primavera.
Mírala. En lo alto del muro tomando el sol, quieta, sin más.
Yo, al otro lado la miro desde la tumbona, también tomando el sol,
disfrutando de la luz, del calor, de los sonidos que el día me
regala, sólo eso. Las dos igual, o tal vez sólo una. Tal vez
por eso en esta época me gusta sentirme lagartija.
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