SECRETO A VOCES
En tu mano la mía,
eslabón de cadena sin herrajes,
lazo de seda miel
que no esclaviza.
En mi mano la tuya,
para juntar los surcos,
esos pliegues que marcan nuestros pasos,
caminos de la vida.
Nuestro secreto a voces
lo llevan las gaviotas en sus picos
y resuenan por todos los tejados.
Ay, nuestras manos, juntas,
mezclándose el latido, la sangre y el sudor.
Tu mano, mano fuerte, serena, confidente
de la mía, pequeña y temblorosa.
Mi diestra se refugia en tu siniestra y mientras, la otra mano
empuja un azadón,
una espada bruñida,
un escudo invisible.
Y yo, con la otra mano
saludo al mundo absorto que nos mira.
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