¿Es posible morir de amor?
Lo noto en mi pecho.
Ya viene, me aterra.
Palpitaciones inmensas
y un nudo en la garganta
y una lengua seca.

¿Es posible morir de amor
por alguien que no está cerca?
¿Es posible morir por un sueño
que al recordarlo arañe tus venas?

¿Es posible que la alegría
marchite en tu alma
y la haga parecer muerta?

¿Es posible este mareo?
Por Dios. Piedad.
¡Ojala la muerte no ande cerca!

Siento su aliento en mi nuca,
como dicen las novelas.

Incluso estalla en mí el humor,
a carcajadas,
al recordar la pobreza
con la que un pobre corazón
estalla entre tanto recuerdo
de tu rostro en mi cabeza.

No puedo,
no consigo levantarme,
Hay un gran dolor que pesa
y me sienta con violencia
en el trono de mi llanto
y no me deja.

Solo queda esperar
a que el viento cese,
a que la lluvia calle en la noche negra
a que las estrellas digan:
“duerme niña,
duerme tranquila,
no pienses en nada.
Curaremos con amor
las heridas que no sanan.
Ya no sangran, se han cerrado,
se han cosido unas a otras
y en silencio ya se marchan”