El noviazgo, no muy formal,llevaba mas de un año. Los dos, estaban en esa edad entre la adolescencia y la madurez.La relación, se deslizaba sin grandes acontecimientos.Ella, tratando de defenderse de los embates apasionados del galán.Él, se agotaba en la rutina de los encuentros. Ella, parecía estar tejiendo un rito de rutinas. A esa altura de la relación, él la sorprendió, proponiéndole hacer un intérvalo, tomar distancia por un tiempo y valorar la relación.La sorpresa, quebró sus rutinas y la hizo dudar de sus sentimientos. Tal vez lo estaba queriendo, y no lo había dejado traslucir.Pasadas dos semanasm sin contactos, ella intentó buscarlos. Ni mensajes , ni llamadas, eran respondidos.En su cabeza de telenovela, surgió la idea de usar una mensajera, una intermediaria. La figura de su hermana, un par de años mayor y muy desenvuelta, se asoció a la idea. Y si se lo pidiera? Alicia, su hermana, mas moderna y "canchera", aceptó con gusto la misión.Hasta se divertiría, con la novelita de amor.Corrían, en Montevideo, los primeros días de otoño, y los fríos y los grises, se hacían notar.Acordaron, con Manuel, el novio alejado, encontrarse a la tardecita del siguiente sábado,en el bulevar de las palmeras.Manuel la recordaba claramente y lo había impresionado gratamente, en las pocas veces que se vieron. Moderna, elegante, desinhibida y sobre todo,insinuante en su cuerpo "redondito".Los dos fueron puntuales, empujados por un viento del sur, que silvaba garúas.Precedida por temas generales, del trabajo, de los estudios, la conversación se encaminó al tema del "reencuentro". Manuel se mostraba muy indolente y Alicia, tampoco encontraba los argumentos convincentes. Sin embargo, había "chispa" en la charla, y lo estaban pasando bien. Caminaban lentamente. Sus manos, que se habían rozado un par de veces, ahora se habían tomado, sin sorpresa para ellos.El vendaval arreció sobre el bulevar y Manuel la protegió tomándola de la cintura.Alicia lo dejó hacer, alegremente, como en un juego.La llovizna tomó fuerza y los corrió bajo las palmeras. Apretujados a un gran tronco, sintieron la proximidad de sus cuerpos, que se encontraban en cóncavos y convexos. .."es una locura".,. susurró ella...."locura por vos", dijo Manuel, besándola apasionadamente. ..."vinimos a otra cosa" .. se defendía Alicia..."te esperé con muchas ganas". Los dos se alegraban del encuentro y las caricias y las risas los delataban. Mientras caminaban entrelazados para la "casa de citas", ella pensó: mañana, se me ocurrirá una idea. |