Detalles descriptivos de un Drama Escénico.
Las hojas revolotean alrededor de las piernas de Liria.
El viento del otoño las va llevando de un lado a otro, el viaje de aquellas hojas, hace que el suelo parezca un abanico tricolor.
El otoño tambien trae la nostalgía y algunas personas nos dicen adiós en su última expiración.
Algo muere y algo nace a la vez.
Dicen que por cada persona que se va en otoño, llega una nueva.
El otoño se convierte en un mar de sentimientos.
Es la estación de la renovación y de los cambios.
Liria tiene ese corazón joven que busca la pasión. El primer amor la llega en ese otoño.
Su alma y su ser se transforman en una hoja más, que revolotea entre los colores rojo y verde.
Los colores del amor y de la libertad del espiritu.
Su caballero vive cerca del parque dónde Liria está ahora, ella le espera, él está a punto de salir.
Ella contempla su casa, las ventanas de la misma, la puerta de ésta.
Hace un aire frío. Liria no está agusto esperandole, pero debe de permanecer allí.
Él saldrá pronto y se irán a un lugar caliente.
El tiempo pasa, él tarda demasiado, Liria se empieza a morir de frio. Empieza a caminar hacía la casa de él.
No hay ningún movimiento en las ventanas, ni en la puerta de ésta. Todo está en demasiada calma.
De pronto, llega ante la puerta un coche funebre, salen dos hombres y abren la puerta de detrás del mismo.
Liria empieza a imaginarse lo peor: 'no puede ser, él es demasiado joven para eso todavía'.
Sacan un ataúd, cerrando la puerta, se dirigen hacía la vivienda.
Liria, tragando saliva a duras penas, contempla con cierto miedo y preocupación, los movimientos de ambos hombres.
Llaman al timbre y alguien abre la puerta de la casa. Liria se esmera en ver quién es la persona que la abre.
'No es él, quién ha abierto aquella puerta, Dios mio, no es él', grita Liria llena de crispación para sí misma, poniendo sus manos a ambos lados de su cabeza.
Trás unos segundos, las mete en los bolsilos de su abrigo y llena de un temblor extraño, empieza a aproximarse.
Cada vez está mas cerca de la entrada, más cerca de saber ... más cerca de conocer la verdad.
Saca una de sus manos del bolsillo y pulsa el timbre.
La saliva se hace más escasa en su garganta, en la cuál comienza a formarse un pequeño nudo de angustia.
La puerta se abre y trás ella aparece una mujer madura, vestida de negro.
La visión de aquella mujer, que puede tener la edad de la madre de él, hace aún más grande el nudo de angustia en la garganta de Liria.
Liria pregunta compunjida: 'Hola, está Elsio en casa, por favor ?'.
La mujer se la queda mirando y con cara de tristeza responde: 'Elsio, ha muerto'.
Los ojos de Liria se abren de par en par y dentro de ella estalla una sensación amarga, una sensación como si fuera a derrumbarse sobre el suelo, al mismo tiempo exclama: 'Dios mio, no, por favor, no me diga eso, no'.
La mujer que la ve venir, la toma por un brazo y la lleva a un sofá.
Liria se sienta en el mismo, algunas lagrimas empiezan a resbalar por sus sonrosadas mejillas.
La mujer la lleva un vaso de agua y hace que Liria se lo beba en pequeños sorbos.
De pronto, Liria coge fuerzas y pregunta: ' ¿ Podría ver a Elsio, por favor ? '.
La mujer se la queda mirando de nuevo y la dice: '¿ De qué conoce usted a Elsio ?'.
Liria con el semblante blanco, la responde: 'Era mi novio ... comenzé con él ... este mismo otoño'.
La mujer agrandó sus ojos y contestó: 'oh, me temo que ha habido un mal entendido, hija mia, su novio Elsio está arriba con su padre, ambos se llaman igual'.
El semblante de Liria cambió, pregunto de nuevo: '¿ Es usted la madre de Elsio ?'.
La mujer respondió: 'No querida, soy su hermana. Su mujer murió hace unos años ya, Elsio es ahora, huerfano de padre y madre, pobre chico'.
Liria, contestó: 'Lo siento mucho, le doy mi pésame por la muerte de su hermano'.
La mujer dijo:' Gracias' y acto seguido invito a Liria a seguirla.
Entraron en una habitación. El padre de Elsio estaba en el fenetro rodeado de cuatro largas velas.
Elsio se encontraba en una silla frente al mismo.
Liria se aproximó a él y rodeándole por los hombros, lo besó.
Elsio se dió la vuelta, sus ojos estaban rojos y tenía el semblante cansado.
Liria le dijo: 'Hola, siento mucho la muerte de tu padre, Elsio'.
El la miró y la dijo: 'Gracias Liria, yo siento no haber acudido a nuestra cita, como ves, había terceros motivos'.
Liria tapó sus labios con sus dedos. Le volvió a besar y cogiendo una silla de la habitación, se sentó junto a él ....
Entre aquél silencio que se hizo hueco en dicha habitación, se escuchó el llanto de un recién nacido.
En la casa de al lado alguien empezaba a respirar el aire de la vida.
'El otoño siempre despide un alma y trae otra, siempre comparte amargura y al mismo tiempo felicidad'.
Escrito por Carlos Them
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