LA GRIETA EN LA ROCA
En una excursión por las montañas un enamorado quedo observando una grieta en la roca, la misma tenía una gran profundidad y se perdía en el infinito de su densa oscuridad.
Contemplando se quedo extasiado y pensó ¿Así son las heridas del alma? ¿Grietas profundas que no se cierren jamás? ¿Heridas abiertas como negras tumbas? ¿Piel viviente de la triste penumbra? ¿No existe posibilidad de curación cuando la herida llega al corazón? ¿Es que acaso la vena abierta penetra la sustancia que nos carcome la infinita arrogancia?¿Por qué duele la traición? ¿Se perdieron las notas de la dulce canción?
Al final de la vida se dejan abiertas las grietas del alma fría, parecemos una tierra quebrada por la sequía, bajamos al cadalso sin sandalias ni mortaja, no queremos ver el verdor y la fragancia, del camino florido que dejamos a nuestro vera, nos perdemos el amanecer por mirar el ocaso, contando hacia el patíbulo cada paso…. Cada paso! Seguimos llenado nuestra alforja de malos recuerdos, felonías y traiciones, sin querer acordarnos que por cada día lluvioso, hemos disfrutado cientos brillantes y luminosos, pero nos empeñamos en vivir de lo que nos hace sufrir, como liquido vital que requerimos para vivir, al final sólo quedan heridas, profundas, secas y visibles, heridas que no sanan y en el reparto de dicha a cada uno le toca, heridas que no se borran……. como la grieta en la roca.
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