Así fue como el viento de un solo beso dejo caer la ultima hoja de aquel árbol, sellando el fin de otro otoño dejando paso a un invierno indiferente…
Fue allí; sentada bajo la figura siniestra de un crepúsculo frío donde el viento me envolvió en su aliento arrasando con todo a su paso sin dejar rastro de aquella oscura silueta que tantos años atormento mi paz. Nunca pude definir si él fue parte de mí o yo era parte de él, pero si tenía algo en claro y fue allí donde mi mente se colapso y se perdió en un montón de ideas sin sentidos aún así nada lo detuvo.
Aquella oscuridad sombría lograba perderse en su atavío negro, jamás permitió algún tipo de acercamiento entre nosotros desde aquella vez donde me fundí entre sueños y promesas…
Tal vez quiso que fuera perfecto para ambos o quizás nunca se permitió concebir algún tipo de conmoción real entre nosotros o tal vez nunca lo fue, al menos eso explicaba mis noches eclipsadas por el deseo de volver a verlo cada vez que se apartaba de mi.
Diabólicamente perfecto… y su voz destrozaba el silencio perpetuo de las voces acunadas de mi alma… desdicha o alegría…que más daba, él lo sabía, yo era de su propiedad y no había ya más nada que pudiera hacer.
Fueron siglos fuliginosos de sueños, decadencia y lujuria constante donde cada noche al acostarme profesaba su presencia
Esperando a que volviera, sabía muy bien lo que yo deseaba de él, no quedaban más excusas ya me había rendido en su piel y enredado en su juego.