Y sin abrir el ojo semioscuro
el mundo acaeció a mis
pies, y nos perdimos
de las mañanas,
de las noches,
de las tardes que se
oscurecían de sonrisas
pleistocénicas,
de marabuntas misteriosas
que mordían nuestras
manos a la hora de escribir...
... Y cerrar los ojos me pareció
de repente tan difícil que
a la hora del té
las manos desbordaban
un sueño
que se destilaba en
las calles.
Me siento adormilada...
Texto agregado el 31-05-2009, y leído por 102
visitantes. (5 votos)
"sonrisas
pleistocénicas,
de marabuntas misteriosas
que mordían nuestras
manos a la hora de escribir..." Me intriga y me gusta este poema. ***** walker
31-05-2009
Cuantas cosas se pierden en el camino... cuan cierto tu decir mis5* nanajua
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