Con mi cama asediada
de fatigas trasnochadoras,
apoderadas de cada sueño
fanfarrón, que busca placer en las noches.
Con cada suspiro muerto
que sale galopando entre los escalones
de mi odio abrumador,
y mi inmortal delirio estrepitoso.
Lava amarga, que cabalga junto
al viento y junto a la puta
luna ya engañada por el tiempo
y las promesas de volver algún día.
Todos, son iguales,
Todos plegarias,
de sueños violados nada mas.
Sueños violados, que buscan el lugarcito
en la fantasía de tiempo
y espacio, al que fueron insertados
a la fuerza al igual que nosotros.
Sueños violados, por parte
de empedernidos carroñeros,
que tal ves queriendo, o tal ves no,
partieron almas ya agusanadas,
y corazones adoquinados como el mío.
Con cada vomito de buenos
momentos, que se fueron
por el escusado de mi baño una mañana,
los cuales no me dejaron mas
remedio que dejar ir.
Con cada puñal hecho de
sudor de orgasmo,
de mentiras piadosas,
de maltrato de juramentos,
de sacudir las razones de morir
Por poca cosa.
Con cada puñal de esos,
Sigo creyendo lo mismo.
Todos son iguales.
Todos plegarias de sueños violados.
Nada mas.
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