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Inicio / Cuenteros Locales / bearod1982 / Kanuto en búsqueda de la felicidad (cap.V)

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CAPITULO V
Acordando con la Brigada la ruta que haríamos por todo el planeta, nos preparábamos a salir del monumento cuando Rimpomplás, el jefe de la brigada me tocó el hombro y me dijo: Canuto, acompáñame al Bosque Gomosito, observé que estás listo para ésta importante misión, pero antes debes prestarme mucha atención.
No te preocupes por tus padres, amigos ni profesores, ellos están bien, he tenido que paralizar a toda la Tierra menos a nuestro país porque ya se estaba acumulando mucha tristeza y no lo podemos tomar con ligereza, necesitamos conseguir sonrisas lo más pronto posible y así todo volverá a la normalidad. Siéntete orgulloso de haber sido escogido para esta importante tarea, sólo se realiza el 15 de septiembre de cada año, son 364 días preparando este gran evento en el que recibimos a turistas de todas partes.
Don Rimpomplás cuenta que un día fue al “Colegio Privilegio” a hacer de cuentacuentos. Este era el plantel más triste sobre el Planeta Tierra pero, como su nombre lo indica tuvo el privilegio de conocer el encanto de Rimpomplás, sus historias fascinaron tanto a éstos niños tristes y maestros amargados, que los invitó a su nave para que conociesen RISAMASRISALANDIA. Al llegar se convencieron de que deseaban fuertemente ser felices. Tina Vainilla y Coromoto Zaperoco son unas de esas alumnas, que se quedaron con nosotros, entristecieron porque sus padres trabajaban y con ellas no jugaban.
Dime, Canuto ¿Te sorprendiste al ver a Coromoto días después de esa tarde en el zoológico, no? , me preguntó Rimpomplás, quién sabía la respuesta porque ya Coromoto le había contado, pero él disfrutaba al escuchar las historias de los niños.
¿Qué si me sorprendí? Si casi me desmayo del susto, no me fui para atrás porque ya estaba acostado. Ese día al llegar a mi casa, me quedé en la habitación de mis padres hasta tarde viendo películas con mis papás y mi perrito Bubalú. Sólo los viernes podía compartir con ellos y por eso trataba de disfrutar cada momento…
Fue la ventisca de su nave la que me hizo recordar aquel día en el zoológico. Miré a todos lados, busqué por mi escritorio, entre mis muñecos, atrás de mi patineta pero nada, no lo encontraba.
Toc, toc, toc, aquí Canuto, murmuró Coromoto, en tu ventana… Acércate un poco que traigo excelentes noticias.

Texto agregado el 30-05-2009, y leído por 84 visitantes. (1 voto)


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