No era capaz de enlazar pensamiento con palabras;vibró el corazón y llovieron cristales de remordimiento que atravesaron, acelerados, sus latidos.Repentinamente cesó y la inercia nos acercó...lento pasó el tiempo, incómodo silencio en el que perdí el habla; quise pronunciar pero, bloqueada,lengua olvidó la técnica del movimiento.
Me ignoraste, tal vez, en tu infinito saber,supiste que quemabas...Hablé, esperando que el tono de tu voz infundiera valor.
Entonces me acerqué, cogí la primera silla que encontré y me senté calculando cómo te obligaría a levantar la mirada. Giré tu silla y fijé mi ser buscando el aliento necesario...
Choqué con tu cara, me sorprendí recordando, uno a uno, tus rasgos y, al volver,supe que aún conservas ese pequeño surco en tu mirada.
Me aferré a tí, no desaba nada más salvo que supieras que sentía ,tanto,el pasado,que la intensidad inmovilizaba. |