Momentos de abstracción.

Desde el interior todo parece detenido en el tiempo, como un redondel que se cierra y las cosas orbitan indefinidamente. La calle se puebla de gente que metódicamente, busca en su diaria rutina consumar su propio círculo. Un café humeante se rinde mansamente a la dulce irrupción de una poca de azúcar, que aplaca parte de su áspera acritud, enfrentando estoicamente la transmutación que anexando caracteres propios de cada uno de ellos consolida sabores y olores. Un paisaje campestre enmarcado en la pared, contrasta con la realidad exterior; sol, llanura y perfumes agrestes se filtran en el imaginario de aquel que lo observe abstraído… Como escabulléndose del hábitat que lo apresa circunspecto de una acera que inevitablemente se halla a merced de la lluvia tenaz y persistente. Un universo que sigue desplazándose, y un nuevo circulo que se cierra completando el ciclo, una rutina imposible de romper, ensimismado en el sopor del contexto adyacente.

Crónicas de café y servilletas entintadas.
13/05/2009
©ikarus.