Desde que tus palabras no me hacen caricias, las estrellas se niegan a brillar. Las noches no son noches; son mi oscura soledad. Desde que mis ojos no se miran en tus ojos, mi corazón no cesa de llorar. Los días no son días; son mi cruda realidad. Desde que tus labios no besan mis labios, mis besos se quieren marchitar. Las flores no son flores; son suspiros por cortar. Desde que mi piel no se envuelve con tus brazos, mi cuerpo no te deja de extrañar. El silencio no es silencio; es un verso sin pensar.
Texto agregado el 28-05-2009, y leído por 282 visitantes. (8 votos)