Viendo el alba, se preguntaba
¿De que me sirve todo?
sino tengo unos ojos
que esto me ayuden a mirar?

Siguió andando y encontró un niño que sonreía
pero no podía caminar
y le pregunto -¿Que te hace tan feliz si no puedes andar?-
-Dios me ha dejado las manos
manos libres, para mis hermanos acariciar-.

Días después se encontró un ciego que pedía
pedía dinero para almorzar, y le pregunto ¿Te sientes feliz?
y el le respondía -Como no haz de imaginar
lo feliz que soy al oír los pájaros cantar! -.

Pero aún inconforme por las explicaciones de la felicidad
siguió buscando y se encontró sentado
en una silla de guano
un hombre que irradiaba paz,

Sin sombrero, sin camisa, pero desbordaba felicidad
y otra vez le pregunto ¿Se siente feliz?
-Como usted no se puede imaginar-.

Quiero lo que usted quisiera
pero no me enfado
sino lo puedo alcanzar.

Sueño lo que usted sueña
pero sé mis sueños no habrán de terminar,
sé que si sueño lo imposible, imposible será.

Así que sueño lo posible
si me esfuerzo mucho, algún día llegará.
Me considero el hombre más feliz del mundo
y no sé si mañana podré almorzar.

Pero hoy ya he comido
trabajaré mañana, para así encontrara mí mujer y mi prole
trabajando para conseguir la felicidad que exhibo
conforme con lo que Dios para mi ha elegido
y me habrá de otorgar.

- ¿Pero no duda?- de que algún día, llegará
- no -, le dijo
-fe como un granito-, y las montañas se moverán.