Las palabras de tu mente
están en mi cuerpo,
yo las guardo para ti
y cuando me miras,
ellas despiertan del letargo de la siesta
que han estado durmiendo sobre mi pecho
a la espera de que alguien las besara.
Así es como siempre adivino
lo que vas a decirme.
Texto agregado el 27-05-2009, y leído por 192
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