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Silvia.
Solo un desafío mas antes de la renuncia…
Nunca quise y tampoco pude llorarla, aunque la tristeza se adueño de mi las lagrimas no brotaban en mis ojos, eso no me hace insensible solo me hace menos humano, ella ha muerto y su cuerpo vestigios de recuerdos (algunos malos otros hermosos) son; pero el amor no trascendió la muerte, quedo estancado en este lado de la vida frió y solo.
Silvia, una noche de amor y lujuria, cientos de días de amor y alegría aunque la felicidad nunca llego… su mano pálida y hermosa de falanges delicados y elegantes tan largos que podían tocar las estrellas, acariciar mi cabello sostener mi mano callosa y apaciguar mi corazón.
Silvia, un día se fue, mi alma la extraño, Silvia siempre te lo dije: Silvia mi Silvia te amare hasta que las estrellas sean azules… pero tu quisiste ver las estrellas sola (eso talvez no tiene nada de malo) pero lo malo es que aun no son azules, aun te amo mi Silvia, aun te pienso, aun te siento, elegir es la vida y toda la vida lo hacemos (yo lo hago por mis hermanos) tu decidiste por ti, tu Silvia mi hermosa Silvia, tu con tus cabellos oro y tu mirada perdida decidiste alejarte, me has dejado un cuerpo hermoso delicado delgadísimo tan delgado que tus piernas son como unos bracitos hermosos y bellos y tus piecitos pequeños como palmas de infantes, unos piecitos de japonesa.
No se en que momento, solo llego, tu alma rebosaba sentimientos, tus ojos eran un mar con un sol dorado que dado el momento se cubrió de lagrimas que se derramaron por tu rostro, ese rostro pálido y grácil, Silvia no me dejes aun, o por lo menos si te quieres marchar dame un ultimo beso de despedida, un beso de aquellos largos, llenos de pasión ingenua como lo eras tu, callada y simple, con recodos en el alma como yo o como cualquiera… pero no me dejes solo, talvez es mejor que nos vayamos juntos, el viaje es incierto.
El día que muera de mi cuerpo podrán sacar la roca para tallar estatuas, duro y resistente, como el de los negros, una maza oscura inacabable… pero Silvia mi lamento es por ti, la humedad de tu cuerpo aun llena enfría mi catre, tu olor se adueña de la atmósfera de mi habitación, pero tan quedamente se diluye que se que te marcharas… quiero tu inmortalidad quiero tu presencia, aun añoro amarte hasta que las estrellas sean azules.
Silvia, ya nada es igual, las calles, el frió, el viento, el mar… ya no me recuerdas ya no tengo tus besos en el teléfono, ni a tu madre pausada y con cara de ratón, ya no tengo nada solo tu ausencia y como duele ¡carajo! Ya solo pienso en el delito perfecto y personal, ¡es distinto sin ti! ¡Muy distinto sin ti!
Te fuiste en la coyuntura, entre el amor y odio, entre mis libros y tu tiempo, tu sonrisa y mis lagrimas, entre mi sonrisa y tus lagrimas, como aquella ves que discutíamos y tu me aferrabas a ti, con tus manitas, con tus falanges que tocaban estrellas, como en los bailes cuando te pisaba los pies, pececitos de japonesa, realmente es distinto sin ti, solo siento la ausencia, la ausencia de ti.
Te quiero mi amor, por favor no me dejes solo, Mi Silvia ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Silvia!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! carajo vuelve, vuelve a mi, o por lo menos llevadme con tigo no me dejes solo, no me dejes nunca ya no tengo amigos, ya no tengo citas, ya no tengo esa niña bonita que me besaba la boca, esa que me miraba escribir y beber como si fueras un gato tierno que dormita en un sofá raído moviendo su cabeza perezosa y maullando entre aburrido y solitario.
Silvia lo lamento, lo se y lo soy y lo fui y talvez lo seré un lobo solitario o quizás un tigre de papel descolorido y arrugado, un judío falso barbudo y ramplón odioso y pálido de alma, con piel cenicienta, lo lamento… nunca fui ni seré bueno ya no te veré mi Silvia apretando monedas en tus manitas, ni tu rostro enfrentando al sol de la Colombia, ni escuchare tu voz de acordeón dulce diciendo maldiciones a los adolescentes que se te acercaban a mirar tu león de juda tatuado en tu espalda, queda entre tu y yo el eterno, el único aquel que es y nos mira insensible (el si es insensible) ah! Mi Silvia hermosa y perfecta aspiro por ti el aire que dejaste de sobra, un aire que no me corresponde, Silvia dímelo antes que se desvanezca tu fantasma, dime por favor, escucha mi ruego mi Silvia ¿Por qué diantre te fuiste?
Yo tenía para ti un amor enorme y azul, como un cielo en verano, te fuiste y me dejaste en un devastador otoño, ya no queda nada… nada para mí.
Espero que te vayas sin rencor, que vayas mi dulzura (mi terrón de azúcar) mi niña a un mejor sitio que este que yo te di para ti, fue un noviembre negro, un noviembre lluvioso y noviembre de muerte un noviembre para olvidar.
Byron Alonso Matallana Ruiz.

Texto agregado el 26-05-2009, y leído por 143 visitantes. (2 votos)


Lectores Opinan
13-07-2009 sin palabras... simplemente bello!!..saludos ;) matthilda
 
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