Sabía que en sus manos estaba la emancipación de los suyos. Debía rescatarlos y para ello se había acercado temerariamente a su objetivo, ocultándose tras los paredones, entremezclándose entre el gentío que ignoraba esta crucial situación y sufriendo toda suerte de riesgos y hostigamientos. Vio pasar a uno de sus enemigos a escasos metros de él y pensó que lo atraparían. Un suspiro de alivio surgió espontáneo de sus labios temblorosos al constatar que el individuo no lo había descubierto. Reanimado en su empeño, se agazapó para continuar su azarosa marcha.
Varias escaramuzas se sucedieron. Pronto estuvo a pocos metros de los suyos, quienes con sus ojos entrecerrados parecían atisbar la esperanza. Afirmado al muro, con su corazón latiendo desaforado, eludió un último escollo antes de arremeter con sus manos extendidas para luego golpear el muro tres veces, liberando con ello a sus compañeros en ese extenuante juego del Paco Ladrón…
Texto agregado el 25-05-2004, y leído por 302
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Lectores Opinan
26-05-2004
jejeje, parece increible que sea un juegio de niños en vez de una operación militar. Saludos. Nomecreona