A mi amiga…

Sin lugar a dudas su compañía desprecie, pero como la vida da tantas vueltas a su lado me encontré. Ella sus manos abiertas y su cabeza a la espera de uno de mis relatos… sólo le dije era todo perfecto, pero decidí retirarme a tiempo… rió calló y me preparaba sus comidas, sus hazañas de niña mimada, sus desventuras y sus sinfines de palabras.
A mi amiga que hoy es el único refugio que tengo a este corazón cansado de tanto esperar sus llamados, mi amiga más amiga, que me entiende sin ponerse lentes, que me mira comprensiva, que me tolera con una calidez de sábado de enero.
A aquella amiga que yo hoy necesito le digo, hoy estoy a tus pies, y sabe bien de qué le hablo cuando le digo que la solicito, sabe de que a mi lado y de mi lado yo la quiero.
A mi gran amiga que siempre espero que vuelva y sin palabras regresa, a mi amiga que todo lo sabe y sigue a mi lado, a ella mis versos que saben salados, de las lagrimas que derrocho por él llorando.
A mi amiga que me espera a la salida, poniéndose en su hombro el peso de mi borrachera, A mi amiga que me presta hasta sus últimos silencios, para que yo la torture con mis miles de versos.
A mi gran amiga que le prometo nunca mas iré tan lejos, a menos que me lo pidas, seré tu anillo, ese que no te quitas.
A mi amiga, le recuerdo que nunca más despreciare su amor porque hoy me mantiene viva, me da calor, me despierta de los terremotos mas profundos de mi conciencia y cuando estoy cansada, su habitación prepara para que durmamos hasta las doce y nos despertemos, nos miremos a la cara y le diga… qué amiga yo tengo!