Tus ojos se abrieron al alba
cuando en el parque de tus recuerdos
asomó como nunca antes tu tristeza
y comenzaste a enfrentarte con tus fantasmas.
Claro que no eras de arredrarte.
No mujer, no para vos.
Te conozco y sé de todo tu valor.
Aquél que ahora compartimos.
Pues es contagioso tu coraje.
Se trepa a mi corazón y arde
como las velas de nuestros momentos.
Esos para recordar.
Hablamos y te abriste a mí
como siempre lo hiciste.
Así fue que compartí
el núcleo de tu desazón.
Unas sonrisas bastaron
para que se marcharan sin mas.
Y otros momentos borraron
las penas y su dolor.
Texto agregado el 26-05-2009, y leído por 221
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Lectores Opinan
31-05-2009
Hola, buen texto cargado de simbologías que borran las penas y el dolor. Un abrazo. 5* sara-aus
30-05-2009
La llegada del amor borra dolores, cura heridas, hace nacer cicatrices y permite impulsarse a esos momentos que no se olvidan... es hermoso leer que un hombre puede creer eso que parece sólo un pensamiento femenino.... me encantó! cromatica
28-05-2009
esta muy bueno me gusta la forma en que lo planteaste es muy trajico pero a las ves tan cierto manuaja
27-05-2009
Me gustó mucho la forma en que redactas. Llega al corazón. Un cariñoso saludo Siemprelvira