PG- ¡Hola, caracartón!...¿De dónde vienes tan cargado de bolsas?...Pareces una maruja sin rulos...Claro que a ti los rulos tendrían que ponértelos con pegamento...¡Pelón!.
- Hola, insecto. He comprado unos cuantos kilos de alcachofas.
PG- Yo prefiero las lechugas...
- Tu comerás lo que yo coma, gilí. Las alcachofas son para hacer dieta..., la dieta de la alcachofa.
PG- ¡Ja, ja, ja!..., me parto el ala. Otro incauto,
- ¿Incauto, porqué?...Es una dieta acreditada. A ver si reduzco éstas lorcillas incordiantes.
PG- ¿Lorcillas?...¿No habrás querido decir morcillas?...
- ¡Que desagradable!...Es que ahora llega el veranito y estoy cansado de “calzarme” el bañador..., las costuras ya no dan más de si.
PG- Yo creo que las dietas milagro no existen. Existen personas ilusas.
- Eso es lo que has oído por ahí, pero a mi me han dicho...
PG- Veo que sigues con la ingenuidad alta, compañero.
- ¿Y que hagoooo?...¡¡Una solución quieroooo!!...
PG- Venga, va, me das penita. Te voy a decir lo que tienes que hacer, para volver a tu estado anterior...de cuerpo, claro, por que lo de la cabeza es irrecuperable.
- Te admito las tontadas sobre mi estado mental, si me ayudas a recuperar mi esbelta figura de antaño.
PG- ¡¡Buenooooo!!...Mira, si lo que quieres es un milagro, te doy la dirección de Lourdes. Hay que ser realistas y todo tiene un límite.
- Y mi paciencia también tiene límite...¡¡Venga, desembucha!!.
PG- Apunta...
- ¡Dímelo ya, leches!...
PG- No, no..., que apuntes en un papel las diferencias que existen en tu forma de vida, antes de las lorzas y después de ellas: lo que comías, lo que bebías, el ejercicio que hacías (incluyendo los “polvos”), el trabajo que realizabas e incluso el estado emocional. Si haces eso, te darás cuenta que tus hábitos no son los mismos. Corrige, en la medida de lo posible, lo que hayas cambiado..., sin darte cuenta y tu metabolísmo volverá a ser el de antes. Así de simple.
- Esto...¿Tengo que aplaudir ahora o después de reírme?...
PG- ¿Que esperabas, incrédulo?...¡Ah, ya se!. Que te diera una pastillita y mientras estás tumbado en el sofá, viendo el partido, los kilos se evaporasen...¡No te jodes!.
- No te enfades. Si tienes razón. Hace un par de años, el trabajo que realizaba era de movimiento y fuerza; ahora estoy sentado en el ordenata, aplastando teclas..., y culo.
PG- ¿Te das cuenta?...Solución: hacer un tipo de ejercicio que compense el anterior; andar, correr, bici, gimnasio, más...ñaca-ñaca,...
- Vale, vale...También alterno más: bebo más cerveza, licores, tapitas...
PG- Todo eso, fuera. Tienes que tener una disciplina en los hábitos alimentarios, como la tenías anteriormente.
- ¡Uf!..., vaya mierda. Total: hacer la vida de antes, pero con unos añitos más. ¡Vale!, será divertido..., creo.
PG- No te preocupes, yo te ayudaré..., dándote la vara cada vez que te tuerzas. Soy muy insistente.
- ¿Me lo dices o me lo cuentas?...¡Menudo coñazo de grillo!...¡¡Juass!!.
PG- En esta vida no te regalan nada, todo tiene su coste. El espíritu de sacrificio y la constancia, son las mejores armas para salir triunfante de todo. ¡Ah!, y el sentido común..., más que la inteligencia.
- Pues, venga..., manos a la obra, que el verano está al caer. ¿Y ahora, que hago con tanta alcachofa?... Ya se...¡¡pal grillo!!.
PG- Cri...cri...cri...