Por pura casualidad

Estoy realizando un largo viaje en coche. He decidido parar en este pueblo a comprar agua y estirar las piernas. ¿Por qué este pueblo?, por pura casualidad. Es la primera vez que estoy aquí y todo me resulta terriblemente familiar. La sensación de haber estado antes me perturba, me duele. Yo he soñado hace años con este pueblo: su escuela, su peluquería “Marta”, su ayuntamiento de puertas azules, su plaza de la iglesia con un buzón de correos a la puerta. Todo es perfectamente conocido por mí hasta el más mínimo detalle. Pero no sólo los objetos coinciden con mi sueño, también la gente y lo que hacen: los niños jugando en la plaza, el coche rojo parado frente al banco esperando recoger a alguien y el policía que le indica que siga circulando, la pareja que toma café en la última mesa de la terraza del bar. Todo coincide, todo sucede exactamente como en el sueño. Miro la hora en el campanario y compruebo que faltan cinco minutos para las tres. En mi sueño yo estoy leyendo un libro sentado en un banco de la plaza dónde juegan los niños. En el campanario suenan las tres y entonces un cuchillo afilado me atraviesa el corazón. Cuando miro el rostro de mi asesino es demasiado tarde y sólo puedo ver su figura borrosa…Entonces, asustado, despierto del sueño.
Nervioso miro el campanario, apenas quedan tres minutos para las tres. Salgo corriendo. Corro todo lo que puedo dirección al coche. En el coche, encima de la guantera he dejado el libro que estoy leyendo, si me doy prisa todavía puedo llegar a tiempo.