“No funcionó aquella vez, había sido joven e ignorante. Pero esta vez sería diferente; los planos serían perfectos y la estrategia, invencible. Derrotaría sin piedad a mis oponentes y controlaría a todos a placer. Dormiría en una cama de seda con las mujeres más hermosas y me amarían como si fuera su primer amor…”
–¿En qué crees que esté soñando? –dijo José, viendo a su padre tendido en una cama.
–José, tu padre… tu padre no sueña, está en coma –dijo una señora de aspecto lúgubre, con varias lágrimas recorriendo sus mejillas.
Los dos se fueron del hospital horas después, José no le pudo creer a su madre.