El segundo ahogado. Con los ojos llenos de nada Los dedos crispados y tiesos Y la piel tan fria Encontraron este muerto Flotando a la deriva Uno dijo que lo conocía menciono su nombre conocia su vida de pronto lagrimas gritos y gentes y familia En un costado la herida un acero frio le arranco la vida y el agua lo empujo a la orilla Y todos parados a la orilla de rio en la tarde fría guardamos en la memoria este aciago día en que vimos al muerto flotando ondulante hacia otra vida Jorge P. Guillen.
Texto agregado el 24-05-2009, y leído por 112 visitantes. (2 votos)