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Sucedió lo que no tenía que suceder .... aunque me alegro que sucediera ....

El muñeco de nieve movió la cabeza y los brazos.
Yó estaba muy cerca de él, le miré asustado, el muñeco me sonrió, sus ojos parecían verme realmente.
Alguien le había puesto un cigarrillo entre sus labios, pero no lo habían encendido.
El muñeco lo encendió, ¿ Cómo ?, no lo sé, pero se lo estaba fumando, se podía ver el gesto de aspirar y expirar y el humo del mismo saliendo por encima de su cabeza.
Estabamos solos en aquél jardin de juegos, él y Yó, todos se habían marchado, ya era tarde.
¿ Por qué el muñeco de nieve, empezó a cobrar vida justamente, cuando nos quedamos solos los dos ?.
Creo que a esa pregunta, puedo contestar.
Yó era el único que creía en él realmente cómo persona.
Sí, el muñeco de nieve era una persona para mí.
No tenía piernas porque estaban bajo la nieve, por eso no se movía de ese lugar.
Pero, el muñeco tenía ganas de salir de aquél agujero y jugar un poco, pasear y ver cómo era el mundo de los que lo crearon.
Se agachó y puso sus manos en la nieve, entonces, con un impulso que no se bien de dónde sacó, extrajo sus piernas enterradas.
Se enderezó, era tan alto como Yó.
Con algunos movimientos torpes, empezó a moverse hacía mí.
Me levanté de la silla de madera y me acerqué a él, le cogí la mano, una mano de nieve que se aferró a la mia, no, no se deshacía con el calor de la mía, seguía fría y consistente.
Se sentó en una silla. Y en ese pronto, me preguntó algo ...
¿Habló realmente? ó era mi imaginación, mi ilusión porque hablara conmigo, porque se hiciera humano en todo, incluso en eso.
Su pregunta fué: 'Qué es lo que haces en tu mundo ?'.
Yo le respondí :'Algunas cosas te las puedo enseñar, puedo enseñarte donde vivo, la calle y mi instituto, pero no puedo enseñarte a mi familia'.
Él me miró y me dijo: 'entonces enseñame eso que puedes'.
Salimos del jardin de juegos y nos pusimos camino hacía mi casa.
Todo lo miraba, como si fuera un extraterrestre que acabara de aterrizar en nuestro mundo ...
Yó alucinaba mirándole, era un ser increible, tan blanco, tan especial, no sentía frio a su lado, todo lo contrario, me daba un calor especial, un calor cordial y amigable.
Llegamos a mi casa, dimos un recorrido por el jardín de ésta y le enseñé la ventana de mi habitación.
Se quedó mirando hacía la misma y me dijo: 'que suerte tienes de ser humano y de poder vivir una vida en este lugar'.
Después tomamos el camino que llevaba a mi instituto, por lo general, estaba oscuro en la noche, no era una calle demasiado bien iluminada.
Según ibamos caminando, nos salieron unos gamberros en pandilla, el muñeco se les quedó mirando y puso una cara extraña.
Uno de los miembros empezó a reirse de él: 'ja, ja ,ja, pero que estoy viendo, un muñeco de nieve que se mueve y anda como una persona. Anda payaso, seas quien seas quitate ese estúpido disfraz y muestrame tu cara de idiota'.
El muñeco, le contestó: 'No puedo hacer eso, porque soy un muñeco de nieve de verdad, ¿ quieres tocarme y probar qué es cierto ?'.
El gamberro se le quedó mirando y le dijo: 'pero serás estúpido, te voy a quitar esa cara helada de necio que tienes'.
Se acercó al muñeco, Yó temía que lo lastimara, acababa de hacer un amigo muy especial, no podía consentir que le hiciera nada.
Puso la mano en su hombro, el muñeco le miró fijamente, no se que vería en sus ojos, pero apartó la mano y dijo: 'vamonos de aquí, no hay nada gracioso en este muñeco de nieve'.
La banda de gamberros se disolvió frente a nosotros.
Entonces, Yó le pregunté: '¿ Qué has hecho para que se fueran de esa manera ?'.
Nada que puedas entender cómo humano, al igual que tú tienes el secreto de la vida aquí, Yó tengo mis secretos cómo un ser nacido del agua congelada'.
Llegamos a mi instituto y dimos la vuelta al perimetro del mismo.
Después volvimos al parque de juegos, el muñeco volvió a su lugar y de nuevo sin saber bien cómo ocultó sus piernas bajo la nieve.
Se transformó en lo que era en verdad, ni un sólo gesto más brotó del mismo.
Me marché a casa y soñe con él. Soñe que me convertia en un muñeco de nieve y ambos recorriamos el mundo de su fría existencia.
Al día siguiente el muñeco se había convertido en una masa de nieve sin forma alguna.
Mi sueño se hizo realidad.
Ninguno de mis amigos vivirá nunca lo que Yó viví en verdad aquella noche.

'A veces aquello que parece extraño y lejano, puede ser la experiencia más increible de la vida, simplemente sueña y puede que se vuelva real para tí ...'

Escrito por Carlos Them

© Copyright Carlos Them 2007. Todos los Derechos Reservados. All Rights Reserved.

Texto agregado el 24-05-2009, y leído por 663 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
24-05-2009 Muy lindo y tierno cuento , observaré a mi muñeco de nieve la próxima vez que nieve por aquí , me encantó =D mis cariños dulce-quimera
 
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