Una vez un profe nos habló de un experimento que se realizó acerca del aprendizaje.

Tenían a un grupo de monos y a una palmera, cada vez que un mono quería subir a tomar uno de los cocos de la palmera lo mojaban. Los monos poco a poco, aprendieron a no subirse a la palmera, incluso, los mismos monos bajaban a aquellos que lo intentaban.

Fueron sacando a los monos uno a uno, y remplazándolos por nuevos monos. Lo interesante es que habiendo ya reemplazado a todos los monos originales, seguía la misma tendencia, no se subían a la palmera y al igual que los primeros monos, bajaban a aquellos que lo intentaran…

Yo siento que soy como un mono sentado frente a la palmera, pensando todo el día en subirla… pero que nunca lo hará.

No me explico porque prefiero la fantasía y la introspección.

Es la diferencia entre un astrónomo y un astronauta. Ambos comparten el mismo sueño: las estrellas. Pero cada quien lo vive de diferente manera.

Creo que preferiría ser un astrónomo. Tal vez porque prefiero creer que la luna es de queso y que hay cosas mas grandes que yo…