leí en la pared de una casas, bastante abandonadas y sucias, que todo lo que sucede es para mi bien... había leído y escuchado esto cientos de veces, es mas, lo había vivido. seguí caminando y un muchacho me llamó y con su juvenil sonrisa me entregó una hoja de anuncios. lo leí y decía que leyese la Biblia. iba a botar el papel pero pensé en todo el esfuerzo que habrían pasado estas personas para que este papel llegase a mi mano. seguí caminando porque no tenía nada mas que hacer. estaba jubilado. no tenía hijos ni esposa ni hermanos ni nada, solo, solo como un viejo anuncio en la pared. decidí tomarme un café. entré y lo pedí. una joven de ojos profundos me entregó el café no sin antes preguntarme si lo deseaba cargado o no. le dije que no tanto. de pronto sentí una mano sobre mi hombro. era una señora con una bella mujer. me preguntaron qué estaba haciendo solo en ese lugar tan feo. sonreí y les dije que yo no era tan feo. rieron y volvieron a repetirme lo mismo. les respondí igual. sus ojos se detuvieron y con un nos vemos, se fueron. adiós, les respondí. mientras se alejaban vi las hermosas nalgas de una de las mujeres. la deseé. seguí con mi café y quise recordar un poco mi vida... allí estaba de niño, correteando por las paredes de la casa de mi tía. jugando al buceador en el zotano, todo era hermoso e intenso. abrí los ojos y estaba mas contento. pagué el café y salí a la calle. no tenía adónde ir ni qué hacer. así que decidí volverme a tomar otro café. entré y pedí otro...


san isidro, mayo de 2009