Al comenzar la noche te agitas,
tus labios humedecidos
por los míos,
juegan muy estremecidos
moviéndose al ritmo del corazón.
Siento tu palpitar acelerar
hasta llegar al ritmo
de las pequeñas gotas que caen
en esta noche
de lujuria y pasión.
Nuestros cuerpos poco a poco
se mesclan entre sí,
logrando camuflar
nuestras almas esclavizadas
por un romance acelerado.
Te miro y me pierdo
en un universo de sentimientos
obligándome a seguir con el juego,
al observarte, mudo me quedo,
y solo con besos puedo demostrarte
lo mucho que te quiero.
La noche sigue, tanto así como,
los besos, las miradas,
y yo sin poder decirte un solo verso
del poema creado en ese momento.
Todo es perfecto, tú eres perfecta,
me quitas el miedo,
el peso de un pasado imperfecto
desaparece con tus besos,
y el cálido abrazo de tu cuerpo
crea los más bellos versos.
Cuando este hermoso momento
llega a su fin,
y solo quedan recuerdos
vivos dentro nuestro,
tu te duermes sobre mi pecho
sin decir te quiero.
Aunque tu silencio
provoque en mí
un juego de emociones distantes,
al acariciar tu piel de seda
solo en ti mi mente piensa.
Que tu no ves, como yo te veo,
tu no sueñas, lo que yo sueño,
tampoco sientes,
lo que yo siento,
pero sé que cuando estamos juntos
una química entre nosotros aparece
y poco a poco crece,
y espero algún día
tu no te alejes.
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