Inicio / Cuenteros Locales / GIULIANO / EL CULO, LA VERGA Y LOS DIEZ DEDOS
Una ardiente mujer sexagenaria
le ofreció flor de guita a un chichipato
para hacerla gozar un largo rato
de placer con su polla extraordinaria.
La vieja al contemplar la estrafalaria
verga se dió la vuelta de inmediato
y en medio del más lúbrico arrebato
se entreculó esa tranca mercenaria.
Y después de unas diez penetraciones
de esa pinga, de magnas proporciones,
por el culo gritaba echando pedos
"Dame verga, por Dios, dámela toda"
y el muchacho le dijo: "oiga, no joda,
ya le metí la verga y los diez dedos.
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Texto agregado el 21-05-2009, y leído por 544
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