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Me acuesto en aquella desbaratada cama con apenas una sabana q cubre hasta mis raspadas y mugrientas rodillas, miro hacia la ventana y la noche anda serena, radiante, solo me toca esperar a q esta amarga noche pase a ser una mañana oscura y llena de murmurantes escalofríos, ana era una niña de 13 años, blanca, cabello liso color castaño claro, ojos semejantes a los d un búho, muy grandes color miel y de pecas en la cara.
Me paro como todos los vitales días a mi hora de desayuno, voy en marcha rápida a ducharme dando tropiezos, y topándome con la pared, abro la ducha (el agua muy fría para mi gusto) froto suavemente el champú olor a fresas, salen flores marchitas de mi cabeza; Ana con una dulce sonrisa piensa en que necesita urgentemente lavarse el cabello constantemente ya que los recursos en aquel lugar no son muy apropiados para q Ana se dé el lujo de lavarse el cabello todos los días, tiene q compartir el mismo champú con todas sus compañeras de aquel cuarto, con un piso de madera envejecido apenas se podía caminar, paredes húmedas llenas de sucio, telarañas, ventanas tristes sin un sol donde reflejarse y una puerta que a duras penas podía cerrarse, camas pequeñas, incomodas, con una sabana de pocos hilos de tejer y almohadas llenas de trapos hechas por ellas misma.
Ana sale a darse un paseo como es de costumbre todos los días, pero nota algo se pregunta ella misma ¿Por qué el sol hoy brilla más? Jajaja (inclina la cabeza hacia atrás y dice) como no de haberlo pensado antes es por q me lave el cabello hoy. A la izquierda en un banco lleno de hojas de primavera, Ana ve un señor calculándole 40 años o menos, canoso, rasgos italianos, un poco narizón, leyendo el diario, a Ana de todas las personas q habitaban la plaza el de mayor atención fue aquel señor decrepito algo mal vestido zapatos deslechados y de un tono de piel amarillento.

Ana vuelve a su lugar de partida un hospicio situado en forks un pueblo con clima frio, nebulosas nubes, fríos atardeceres, frías mañanas y espeluznantes noche. Ya es un poco tarde piensa Anita muy rápidamente: Oh ya es hora de mi cena. Corre muy deprisa, se cae en un hueco lleno de lodo se para arrastrándose a duras penas hasta el hospicio.

Cena muy rápido ya q no había comido en toda la tarde y parte del día viendo aquel viejo italiano , se retira a su cuarto y se acuesta, las amigas muy interesadas les preguntan: Ana como te fue hoy en tu día de salida(Jessica una compañera algo extrovertida le pregunta) seguro te vistes con cualquier novillo interesado en nosotros y Ana de un parpadear de ojos se inclina había ella y la señala: No jessi, si jamás me he visto con cualquier niño de la calle solo fui a dar un paseo por aquella plaza poca visitada no me ha pasado nada del otro mundo está claro yessi? Jessi algo enojada le dice en voz de recriminación: Ok ana está bien.

Ana se acuesta en su cama y empieza a pensar en aquel hombre: ¿será que ese señor era dios? Jaja Ana piensa entre diente: por dios si fuera dios no se viera o sí? En esa misma noche Ana se hizo muchas preguntas de tal caso que la pobre de quedo dormida.

Vuelve a su salida perteneciente de todos los fines de semanas era sábado en forks un clima frio muy frio, apenas Ana se podía ver en el espejo a causa de la neblina bajando hacia ella, sus cabello mojados, empapados de agua fría, lo seca muy rápidamente con un trapo conseguido en la cocina, sale deprisa aquella plaza y empieza a examinar aquella plaza, ya las hojas de ayer no estaban la plaza la habían limpiado nota que aquel señor sigue allá pero con una revista y echándole de comer a la palomas (era extraño ver palomas en un temperamento frio) ella camina asustada de verlo y camina poco a poco y observando cualquier movimiento de que aquel viejo pudiera hacer. Llega hasta su banco se sienta junto a él y aquel viejo le echa un matar de ojos y encorva sus hombros hasta más no poder se echa más hacia la orilla del banco esquivando cualquier contacto hacia ella, blanca ofendida de lo que el italiano estaba haciendo lo primero q dijo en su mente: Sera que me cabello aun huele mal? No creo lo lave ayer y yo me baño ayer también eso no debe ser. Ana le dice buenos días señor y el señor entre dientes te contestó: Buongiorno, Ana se queda pasmada de la impresión y le dice: disculpe señor yo no entiendo lo que dice, el italiano le dice: claro debí imaginármelo una chicuela como tu no debe de saber ni hablar español y Ana ofendida le contesta, un momento señor como es que se llama usted, el viejo le contesta amablemente: Marcello fianza, claro chicuela fianza es mi apellido y Marcello mi nombre, Ana se le queda viendo con unos ojos penetrantes mas de los que ella posee y le dice un momentico Sr. Marcello mi nombre es Ana y mi apellido no lo se, el viejo intrigado le dice, niñita Ana como no vas a saber tus apellidos acaso sufres de amnesia o eres huérfanos (soltó una carcajada de burla hacia Ana, y Ana le contesta muy arisca) no señor Marcello yo soy huérfana y estoy viviendo en un hospicio a pocos minutos de aquí, Marcello le contesta: a mi me da igual ciao, Ana le pregunta ¡señor señor! espere que significa Buongiorno y ciao, bueno niña Buongiorno significa buenos días y ciao chao, amm ok señor Marcello usted es un poco arisco y creo q me teme será mejor q marche ahora mismo antes de que a usted le da algo contra mí, Marcello mira hacia el cielo y dice bello cielo y Ana le dice si muy lindo.

Ana vuelve al hospicio algo feliz pero intrigada esa noche Ana no ceno y se va a su cuarto se acostó apenas iba a atardecer.
Son las 6 y 54 de la mañana y Ana se levanta con los ojos hinchados y todavía marcas de la sabana en su piel con algo de saliva en su cara. Se va al baño y empieza a recordar aquel viejo diciéndole todo aquello, Ana suelta una breve risa confusa e hizo q sus compañera se levanten, yessi la cabellos acanalados, morena, ojos pequeño, le pregunta Ana te ha pasado algo, te encontráis bien? Ana le contesta si yessi ando bien solo fue un risa fugaz, yessi le pregunta a su amiga de al lado llamada fiorella de origen francés, fiorella que le ha pasado a Ana desde hace días Ana anda extraña y fiorella le contesta: no lo se Jessica no tengo idea. Ana sale del baño a muy tempranas horas de la mañana y sale corriendo a la plaza no encuentra el señor y espera hasta las 9 y media de la mañana y llega el viejo y Ana le dice: Buongiorno Marcello y Marcello le contesta: veo q aprendes rápido Ana. Marcello y Ana platican sobre sus vidas pasadas (ya Ana es muy amiga de Marcello) en una de esas platicadas Marcello le pregunta a Ana; oye niña y tus padres cuéntame de ellos y Ana le contesta: de ellos no se mucho solo se q mi madre murió y mi padre sigue vivo debe de tener como 43 años a 40 y Marcello asombrado le contesta: no sabía de eso yo tuve una hija en Italia, tenía muchas discusiones con mi esposa y las deje allá después supe q mi esposa había fallecido de una enfermedad y mi hija paso a manos del gobierno de Italia, ella debe de tener como 12 años no estoy del todo seguro. Se contaron muchas cosas se les hizo de noche ya el hospicio había cerrado y Ana le pregunta a Marcello: oye y ahora a donde iré? Marcello le dice puedes quedarte en mi casa por esta noche, yo vivo solo y no tengo compañía así cocino una rica pasta a la italiana con algo de carne fresca para mi invitada, llegan a casa de Marcello muy elegante, limpia, y algo antigua, Marcello le dice a Ana puedes echarte un baño y mientras yo hago la comida, Ana le contesta con gratitud con voy enseguida. Ana ve unas fotos muy hermosas colgadas a la pared final de una inmensa sala y le pregunta a Marcello: y ellas quienes son, y Marcello le contesta: la de la izquierda es mi hija, tenía 5 años y la de la derecho de sombrero con flequillo es mi esposa, por cierto Ana mi esposa se llama como tú, Ana le dice: interesante mejor me duchare.

Marcello asombrado de los nombres de Ana y su esposa sigue cocinando, Ana sale olorosa, perfumada y peinada, y le dice: veo que eres lento cocinando mejor te echo una mano. Marcello empieza a servir las comidas y se sientan en una mesa pequeña cómoda y de mármol, Ana le pregunta por qué eres tan amarillento y te cuesta respirar, Marcello le dice: yo estoy enfermo tengo más de 2 años con esto y no sé si viva dentro de 6 meses, Ana asombrada le dice: 6 meses? Entonces lo que padeces tú es algo grave y Marcello le contesta: claro es grave pero soy fuerte no pienso fracasar horita. Terminan de cenar Ana se va a su cama muy lujosa por cierto y se duerme rápido.

Marcello está muy intrigado con Ana, agarra una vieja foto de él con su hija y su antigua esposa, voltea la foto y aparece: recuerdo de Italia, Ana de fianza, Marcello fianza, y Ana fianza Marcello sorprendido se pone una vieja chaqueta amarillenta y se dirige al hospicio, pregunta en recepción: Oye amiga estoy buscando a una huérfana de aquí se llama Ana, la recepcionista muy amablemente le contesta un momento el Marcello le dice aspettare (esperare) la recepcionista le dice señor he encontrado a Ana aquí están sus expedientes quiere algún café o jugo Marcello contesta no gracias. Marcello lee rápidamente algo sobre Ana y encuentra: NIÑA TRASLADADA A LOS 6 AÑOS DESDE EL PAIS ITALIA MADRE FALLECIDA DE FIEBRE AMARILLA Y PADRE DESAPARECIDO MUJER IDENTIFICADA COMO ANA FIANZI Y PADRE MARCELLO FIANZI. Marcello parpadeo los ojos froto a ver si era que estaba viendo algo mal, y era cierto aquella niña era su hija después de tantos años desaparecida y encontrarse de esa manera. Marcello le cuesta respirar su color de piel se opaca esta del color de la pared la recepcionista le dice Mrs. Marcello le ocurre algo quiere q llame a un medico.

Se encuentra en el hospital delirando, agonizando, de repente se abre la puerta y Ana le dice Marcello que le ha ocurrido fue la pasta la que le cayó mal o fue q no le gusta dormir en compañía Marcello posa su mano sobre su frente y le dice no mi pequeña Ana no fue eso solamente descubrí algo Ana impacientemente le dice dígame Marcello que ocurrió, Marcello empiezo por cortas palabras y le dice todo lo que ocurrió con su paradero su hija su esposa, Ana le pregunta ok señor Marcello, pero que tengo que ver yo en esto, Marcello le dice eres muy ingenua tu pequeña te llamas Ana fianzi me estas entiendo, Ana miro hacia la ventana salieron pocas lagrimas de dolor en sus ojos se podía ver la ira q estaba pasando por ella en ese momento y le contesta: usted es mi padre señor fianza y él le contesta no me digas señor es hora de que me digas papa Marcello le dice pásame ese papel que esta junto al tv y léemelo( después de 1 hora de lectura Marcello le dice) todo lo que yo tengo ahora te pertenece a ti después q cumplas 21 años todo pasara a manos tuyas mi Ana, papa pero yo no puedo aceptar eso, Ana tómalo es mi regalo por tanto tiempo desaparecido, pero papa y mi dolor en donde queda, el no tener un padre donde queda, Ana no me juzgues en estos momentos estoy ya agonizando quiero que seas muy feliz y que disfrutes todo lo que yo te doy déjame echarte la bendición, Ana eres muy bella deberás aprender hablar italiano como tu padre y tu madre, Ana adolorida le dice: papa todo este tiempo te he extrañado mucho pienso que dios una vez me dio un padre y ya me lo esta arrebatando todo se pierde como se gana, si hija todo es así ahora quiero que te vayas a nuestra casa y te acuestes a dormir, ok padre como tu digas.

En la mañana siguiente suena el teléfono de la casa y atiende: alò familia fianzi, Ana contesta: si con ella habla, bueno estamos llamando del hospital donde está retenido su padre lamentamos informales q su padre ha fallecido a horas de la madrugada me sentido pésame, Ana con un fuerte golpe en el corazón le contesta ciao, Marcello fue cremado por ordenes de ella misma, sus cenizas siguen en su casa, la familia fianzi es conocida ahora donde ellos viven, Ana triunfo ya es un profesional todo paso a manos de ella, tiene buen puesto empresarial y buenos recursos para vivir, escribió un libro relatando esta breve historia, libro vendidos por millones de copias, Ana fianzi sigue trabajando muy duro, y manteniendo todo lo que Marcello su padre le dejo, hoy en día ella sigue igual no ha cambiado nada desde aquellos años pero con un fuerte resentimiento por no haber disfrutado a su padre como ella quería.

Reflexión: Disfrutar es cosa de amar, amar es cosa de querer, querer es cosa de sentir y sentir es cosa de aprender a valorar.
ANDREA, ARMAS


Texto agregado el 20-05-2009, y leído por 132 visitantes. (1 voto)


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