Es cierto, ustedes se han solazado conmigo, he sido un ser amigable, alguien tan simple en mi accionar, y por lo mismo, simpático para todo el mundo. Nadie me ha visto jamás maldiciendo, he sido sumiso, un poco torpe en mi modo de hablar, pero noble.
Por lo mismo, hoy les pido, con toda la humildad del mundo, que no me odien ni estigmaticen, recuerden los momentos gratos, mis irisadas fantasías, contemplen mi aspecto bonachón, mi prosapia enrevesada, mis romances eternos, la escasez de enemigos, mi honradez a toda prueba.
Algunos quisieran no verme nunca más sobre la faz de la tierra, estigmatizarme, enrostrarme lo dañino que puedo llegar a ser, la malignidad intrínseca de mi ser, la puerilidad de una existencia vacía y que sólo provoca risas. A todos ellos, les digo, no olviden que estuve cerca de ustedes en su niñez y aún cuando se transformaron en desaliñados e imberbes muchachos, aún estaba con ustedes.
Incluso, yo y los míos, fuimos y somos perseguidos por una casta que ha hecho trizas nuestra estirpe, para solaz de sus mandíbulas maldicientes, nos han etiquetado de la manera más funesta, han ofendido nuestra raza, han hecho escarnio de nuestra condición.
Por eso, abogando por mis derechos conculcados, declaro mi inocencia. Ningún infundio, ninguna calamidad puedo yo provocar, que ya no se la hayan provocado ustedes mismos. Compréndanme.
Es to…oo..odo a…mimi..gos
Porky
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