Vuelo 174
(Primero que nada, quiero advertir q esto solo lo hago por diversión, este era un trabajo de la escuela el cual me gusto mucho, me pareció una buena idea subirlo a esta página. Advertencia: Si no te gustan las ya muy populares historias de vampiros, ¡sal de aquí!)
Todo parecía un vuelo común y corriente, excepto por las sacudidas que a veces daba el avión por el tiempo, como odiaba esas sacudidas, me hacían sentir vértigo, ya que nunca me gustaron mucho las alturas, y era peor ya que mi compañero me había pedido viajar al lado de la ventanilla, cualquier otro se hubiera emocionado: “Wow, la ventanilla, ¿enserio? Voy poder ver todo el paisaje”, pero a mí me aterraba siquiera echar un vistazo. La verdad esta es la 1º vez que me subo a un avión, siempre me han dado terror, y más por mi fobia a las alturas.
Mi nombre es Penélope, tengo 18 años, acabo de salir de graduarme de la preparatoria, soy de nacionalidad canadiense, ya que mi madre estaba de viaje cuando nací, pero vivo en Jalisco, México. Soy una chica normal, no me considero popular, pero estoy segura que no soy nerd o rechazada, me gusta practicar el basquetbol y pues, tengo un promedio modesto de 9.4.
Iba de camino a Florencia, Italia, ya que, como regalo de graduación, mis padres me habían regalado un viaje todo pagado a esta, mi ciudad favorita. El hotel no iba a ser gran cosa, si no como todos a los que tienes acceso cuando tu papá es un maestro de matemáticas, pero lo que me parecía muy divertido era el presupuesto que tenia para las visitas a museos, parques, restaurantes… Como le estaba agradecida a mi familia por el esfuerzo que le habían puesto a mi regalo de graduación.
A pesar de toda la emoción que me invadía, no podía dejar de preocuparme por el mal clima que había esa noche, una noche obscura, sin luna, perfecta para una película de terror; y aparte de todo un fuerte viento, pero no parecía que fuera llover, ya que no había nubes. El tipo del clima había dicho que todos los que íbamos a volar, íbamos a disfrutar de un vuelo muy calmado y hasta placentero, pero yo no había podido pegar un ojo en todo el recorrido, y al parecer mi compañero tampoco. Al parecer al él tampoco le gustan mucho los aviones, porque siempre tuvo una expresión seria, y estuvo muy quieto. El era un hombre alto, según lo que pude ver, por que no lo vi pararse nunca; de cabello castaño claro, con unos penetrantes ojos dorados, debo admitir que era muy escultural, y las facciones de su rostro era perfectas, muy finas, y sus boca, con esos labios rojos y su sonrisa perfecta, le daba a su cara como un brillo, que me hacia derretir, era el hombre más apuesto que había visto en mi vida. Su voz; la cual solo había escuchado una vez, cuando me pidió ocupar el asiento al lado de la ventanilla; era una de las más varoniles y encantadoras que había escuchado. Me parecía que tenía unos 19 años, o tal vez mas, de lo que estaba segura era que no era de mi edad, ya que no se parecía en nada a los chicos de mi clase, nunca había visto a nadie así, incluso en la televisión, apuesto que cualquier actor de Hollywood lo envidiaría por aquel encanto que me tenia hechizada. No era latino, ya que tenía la piel extremadamente pálida, y su acento me parecía más bien de un español.
Tenía que conocerlo, o por lo menos sacarle su teléfono y tal vez, si era muy astuto su e-mail, así que no lo pensé más y trate de entablar una conversación con él:
-Como odio los aviones, son horribles, ¿verdad?- fue lo único que se me ocurrió decir, ya que según creía, a él tampoco le gustaban, pero no hubo respuesta, lo mire, ya que pensé que estaba dormido, pero no, él estaba totalmente consciente, así que me moleste por su descortesía, ¿cómo se atrevía a ni siquiera responderme?...
Pero lo volví a intentar, porque me pareció que tal vez no me había escuchado o algo por el estilo, pero esta vez fui mucho más directa:
-Hola, Soy Penélope ¿y tú?- Lo mire para asegurarme de que me había escuchado esta vez, el me miro, su mirada casi me hace desmayar, pero guarde la cordura, hasta que su respuesta llego:
-Isaac- Su voz sonó tan hermosa, que me quede pasmada, no podía creer que él fuera real, todo era perfecto, pero ahora que prestaba más atención en su boca, sus colmillos me parecían algo afilados y puntiagudos, pero nada que no fuera normal.
-Perdón por mi descortesía antes, pero estaba muy nervioso, la verdad detesto los aviones- Entonces si me había escuchado…-Estoy ansioso por llegar a Florencia, es una de mis ciudades favoritas-
-La mía también…- Dije vacilando.
- ¿Y de dónde eres?- Preguntó.
No sé porque, pero no dude al responderle, prácticamente le conté toda la historia de mi vida, y en algunas ocasiones hasta me pareció que no me escuchaba, pero siempre lo vi atento.
-¿Y tú?- Pregunte.
- De España- “¡Lo sabía!”
En ese momento, el avión dio una fuerte y horrible sacudida, y por el altavoz se oyó al capitán decir: “Por favor, abróchense los cinturones, estamos experimentando una serie de fuertes turbulencias, pero todo pasara después de algunos minutos.” Minutos. Pero solo fueron segundos, cuando sentí otra mucho más fuerte, estruendosa y horrible turbulencia, la cual precipito al avión hacia tierra, todo el mundo comenzó a gritar, y las aeromozas se limitaron a sentarse en sus asientos, a abrochar sus cinturones y a rezar. En ese momento pensé en mi familia, en el es fuerzo que habían puesto en este viaje, y lo horrible que les iba a sentar mi muerte. Sí, mi muerte, en esos escasos segundos ya me había resignado y estaba lista… No sé porque, pero en busca de consuelo voltee a ver a Isaac, el cual me miró, se desabrocho su cinturón, desbrocho el mío, me paso los brazos por la cintura con tanta fuerza, que sentí que me lastimaba, cerré los ojos, esperando lo peor, pero cuando los volví a abrir, estábamos parados en la puerta del avión, y cuando por fin puede distinguir lo que había debajo de mi, Isaac saltó conmigo en los brazos, y con un gran estrepito, tocamos suelo, entonces el corrió, alcanzando una velocidad increíble. Desde que saltamos, hasta el momento de que Isaac había dejado de correr, solo habían pasado menos de 5 segundos, y cuando volví a mirar el paisaje, observe una gran nube negra, de donde probablemente había sido el lugar del choque del avión. Me desmaye.
Cuando desperté, estaba en la habitación de un hotel, después de unos segundos, los cuales use para pensar en lo que había ocurrido, me levante corriendo hacia la televisión, y al encenderla lo que vi fue un reportaje del accidente del avión, donde se mencionaba que no se conocían las causas del accidente, que probablemente fue una negligencia del piloto, pero no se pudo confirmar, ya que, el avión nunca entablo comunicación con la torre de control, o con cualquier otro avión, y además no se había encontrado la caja negra. No había sobrevivientes, y aun no se había encontrado el cadáver de dos pasajeros, me pregunte si era el mío y el de Isaac. En ese momento recordé, de nueva cuenta a mi familia, de seguro pensaba que estaba muerta, y estaban desesperados al saber que no encontraban mi cadáver. Tome le teléfono, decidida a llamarles y decirles que estaba viva, pero ¿Qué les diría acerca de cómo me salve?... En ese momento llego Isaac, tomo el teléfono y coloco en su lugar –No podrás contarles, y nunca deberán saber que sobreviste al accidente- Quede helada, ¿Por qué mis padres no podrían saber que sobreviví?
En ese momento regrese a la realidad, ¿Qué era Isaac? Ese hombre que nunca me pareció normal, que aparte de ser sobrenaturalmente apuesto, era extremadamente fuerte y rápido, ¿Era acaso una especia de superhéroe? ¿Pero no se supone que un superhéroe te llevaría a tu hogar sano y salvo? ¿Por qué él quería que pensaran que habíamos muerto?
-¿Qué es lo que eres?- Pregunte exaltada, tenía que saberlo.
-Todo a su tiempo, Penélope- Respondió.
-¿Por qué quieres hacer creer al mundo que estamos muertos?- Estaba horrorizada, y si no era un superhéroe, sino un villano, alguien que al parecer no quería mi bien…
- Porque al final, ese terminara siendo tu destino- Respondió, después de una pausa.
¿Qué era lo que quería decir con eso? ¿Era acaso un asesino, un ser humano sin piedad? ¿Quería asesinarme?
-Lamento que hayas estado en el vuelo incorrecto, en el lugar incorrecto y a la hora incorrecta, y que tu olor sea tan exquisito, de seguro que hubiera tenido una buena vida, y debo admitir que me pareces muy atractiva…- El horror aumento, quería asesinarme, no sé porque, pero lo haría, pero, ¿a qué se refería con lo de mi olor?
Volví a desmayarme, odio ser tan sensible a las emociones fuertes, cuando desperté ya no estaba en aquel hotel, sino en una amplia recamara, en lo que parecía ser una mansión, o algo por el estilo, pero en muy mal estado, seguramente no estaba habitada. Quise escapar, pero la puerta de aquella habitación estaba cerrada con llave. Cuando regrese la mirada, ahí estaba, sonriendo, aquella sonrisa me hizo soltar un suspiro, y al oírlo el soltó una carcajada, se acerco a mí y me dijo:
-He reconsiderado tu situación, y la verdad tengo muchas ganas de conocerte a fondo- Me quede pasmada, esperando.
-¿Y cómo te iba en la escuela?- Pregunto.
La verdad no sabía que era, pero cuando me preguntaba algo, nunca pensé en responderle o no, solo lo hacía, sin pensarlo. Le conté de mis maestros, de mis calificaciones, mis amigos y de los deportes que practicaba. Siempre estuvo atento, nunca me interrumpió, como si de verdad estuviera interesado en lo que le decía. El me hacia mas y mas preguntas, y siempre las respondí, hablamos de mi familia, de mi estado, de música, de cine… Siempre se mostro interesado, pero después de un rato, me di cuenta de que solo hablábamos de mí:
-¿y qué tal tu?-Pregunte
- Pues, tengo 20 años, estudio medicina, no tengo familia, y a las personas que conozco no se le pueden considerar “amigos”- soltó un risita reprimida- y como ya notaste, soy muy especial.
-Pero que presumido- dije, y el comenzó a reír, tanto que casi me contagia, pero mantuve la compostura.- ¿Qué es lo que eres, lo que te hace muy especial?
-Mmmmm… no sé si contarte mi historia, pero como ya me has contado prácticamente toda tu vida- Volvió a reír- creo que al menos podría darte algunas pistas-
-Como ya has visto, soy, como cuando te pregunto algo- A sí que era por eso- y tengo una dentadura y dieta muy especial-
No comprendía, no ce me ocurría nada, el me miro, me penetro su mirada y me dijo:
-Al parecer no tienes idea, te daré esta noche para que lo pienses.
Salió de mi habitación, o eso creía que era, y me sumí en la obscuridad que me rodeaba: “sobrenaturalmente rápido, fuerte, apuesto y no te puedes resistir a mis órdenes… tengo una dentadura y dieta muy especial…”. Esas palabras resonaron en mi cabeza toda la noche, ¿qué significaban? Sentía que la respuesta estaba en mis narices, pero no la veía, y en medio de esos pensamientos me quede dormida.
A media noche un aleteo en la ventana me despertó, era el de un murciélago, y entonces todo quedo tan claro, que me parecía imposible creer que no lo había descubierto antes… UN VAMPIRO, por eso quería asesinarme, dentro de mi estaba algo con un olor singular para él, uno que le parecía irresistible, el de mi sangre.
Como me había pasado en el avión al momento de caer, estaba resignada, iba a morir y eso era seguro, era cuestión de esperar.
A la mañana siguiente, cuando desperté, el estaba sentado sobre la cama, me dedico una sonrisa y me dijo:
-Te prepare el desayuno, baja a comer- Y sin pensarlo, mis piernas respondieron, baje unas escaleras de madera en muy mal estado, llegue a un comedor, y en la mesa de este, estaba un desayuno, que debo admitir se veía delicioso, tome asiento y comencé a comer, con tanta emoción y horror, se me había olvidado el hambre que tenia. El se sentó del otro lado de la mesa, y me estuvo observando todo el tiempo mientras comía.
-¿Ya tienes una idea de lo que soy?- No quería responderle, no iba a servir de nada, aunque supiera que era, no podría librarme de mi horrible destino. Lo logre.
- No- Respondí.
-Bueno, ojala te des cuenta antes de esta noche, iremos a dar un paseo-
Subí mi habitación, estuve encerrada todo el día, pensé en todos mis familiares y amigos, en que de seguro ya estaría celebrando mi funeral, también pensé en lo que hubiera sido de mi vida si no hubiera tomado ese avión…
Llego la noche, entro a mi habitación con tal elegancia, que me pregunte si una cosa tan vil como él, podría ser al mismo tiempo tan encantadora que me derretía, En ese tiempo que tuve para pensar, me di cuenta de que me había enamorado del que pronto de convertiría en mi asesino, era simple, tal vez aquel vampiro era el hombre de mi vida, o simplemente era una masoquista. Salimos por la puesta de adelante, no me había dado cuenta que estábamos en medio de un espeso bosque, y en esos momentos lo único que nos iluminada era la luz de la luna, la cual hacia ver a ese vampiro mucho mas apuesto. Llegamos al pie de un roble, me tomo de la cintura, me abrazo, y cuando nos separamos, comenzó a pasar su nariz por mi cuello. Un escalofrió me envolvió, ¿Acaso seria doloroso? ¿O más bien seria una paz lo que sufriría?
Sonrió, mostrando sus colmillos, los cuales se veían mucho mas afilados esta noche, los paso cuidadosamente por lo que creo era una de mis venas, recorrió todo mi cuello con su boca, ¿Por qué rayos no lo hacía ya?. Cuando creí que estaba dispuesto a morderme, se detuvo en seco, con las manos se tomo la boca, lastimándose con los colmillos, se alejo aproximadamente dos metros de mí y grito:
-¡No puedo!, ¡No quiero! Te aprecio demasiado como para quitarte la vida por una excentricidad, ¡Huye!- Estaba paralizada- Corre hacia la casa y toma el dinero que pueda, ten una vida y se feliz, pero prométeme que nunca me haz de delatar- Estaba paralizada, no había comprendido que no iba a morir aun, que la vida me había dado una oportunidad…
-Un vampiro…- Le dije, y salí corriendo hacia aquella mansión.
-Te amo- Fue lo último que alcance a oír.
Llegue a la mansión agotada, entre y el 1º lugar en el que se me ocurrió buscar fue en mi habitación. La desordene toda, pero saque como 300 euros.
Corrí. Corrí, hasta que llegue a una carretera, y por pura casualidad de la vida, pasó un taxi por ahí, le hice la parada, al subirme me di cuenta de que estaba en Italia, y como no sabía italiano, trate de comunicarme con el inglés:
-To the Airport, please- le dije.
-Ok- Respondió
Cuando le pague al taxista, corrí hacia aeropuerto, y compre un boleto directo a México, DF. Me subí al avión y me quede profundamente dormida.
Cuando desperté, ya había llegado, como yo ya había ido varias veces de visita la DF, no tarde en encontrar la central de camiones, y compre un boleto para Jalisco. Corrí hacia el 1º teléfono público que vi y marque el teléfono de mi casa. Contesto mi hermana, y cuando me escucho, comenzó a sollozar, y me dijo lo horrible que la habían pasado y no tardo en preguntarme que me había sucedido… Le dije que no había abordado el avión, pero que mis maletas si se fueron en el, así que había perdido mi celular, y tome el que seguía, pero que como el avión había sufrido un accidente, no me habían devuelto el equipaje, y que me fue muy difícil conseguir una forma de comunicarme y encontrar dinero para el viaje de regreso.
Cuando llegue a Jalisco, mi familia completa me esperaba en la central, me recibieron entre abrazos y besos, y no faltaron los sollozos.
Nunca olvide a aquel hombre, más bien vampiro, que me robo el corazón desde el 1º momento que lo vi, siempre estuvo en mi corazón y en mi mente, y que hasta ahora no he podido sacar.
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