.., preguntó el enfermero maricón al paciente en el hospital.
- "Nooo....yo soy muy macho. A mí ningún hombre me toca las nalgas".
-"Como quiera", dijo el enfermero encogiéndose de hombros y tras agitar delicadamente el termómetro se lo introdujo al paciente en la boca.
Cuando el enfermero se hubo marchado el adolescente en la cama contigua corrió la cortina divisoria y le preguntó a su vecino si el enfermero había sacado un termómetro nuevo de su estuche original.
- "No me fijé", repondió malhumorado el super-macho disponiéndose a continuar durmiendo.
-"Pues la próxima vez es mejor que se fije, porque mientras usted dormía tomó mi temperatura y me hizo exactamente la misma pregunta..."
Texto agregado el 20-05-2009, y leído por 268
visitantes. (4 votos)