Ángel, se gradúo de Matemáticas y Físicas, enseguida se esmero por hacer diligencia en la Secretaría de Educación de Bolívar, con la esperanza de un nombramiento y así ayudar a su familia, llevaba seis meses frecuentando las oficinas, diariamente subía los setenta y dos escalones que llegan al tercer piso de la Gobernación, era más conocidos que los funcionarios de las distintas dependencias, se estima que en el tiempo que estuvo en este proceso subió 34.560 escalones, los mismos que le tocó bajar. Estaba desesperado, no quería ir más a la gobernación, su hermana le dijo, hoy es Viernes, ve completa la semana, ¡Dios quiera que tengas suerte!, he tocado todas las dependencias y no he tenido eco, nuestro hermano hablo con el gobernador, todos los días me anoto para que me dé audiencia, la hermana le insistió, Ángel se dirigió como de costumbre, subiendo las escaleras, observa que el gobernador Matson viene bajando con una multitud, enseguida se le antepuso saludándole, mi nombre es Ángel Martínez , y el gobernador le dijo, tú eres el hermano de Ámel, sí, te he estado esperando. El doctor Matson le dijo, he leído tu nombre en la lista de audiencia, lo llamo a pasar, me informan que usted no está, el gobernador le dijo que le entregara a él sus documentos, así lo hizo, a los pocos días le salió el nombramiento para el colegio Santander, sector la Popa, barrio la María,
Ángel llevaba cinco meses como docente, sabía que en el sector abundan delincuentes, en poco tiempo los conocía y se hizo amigo para sentirse un poco seguro. Un Viernes después de salir de clases, se quedó en el estadero de la esquina, tomándose unas cervezas y pensando que se le habían perdidos sus documentos, en eso llegó Braulio jefe de la pandilla los Kalimanes, terrible en el sector, lo saludo, hola le contestó Ángel, gentilmente le brindó una cerveza, Braulio lo invitó a jugar dominó, así lo hizo, el profe le ganaba todas las partidas , Braulio perdió lo que tenia, le quedó debiendo $30.000, como respaldo a esta deuda le entregó sus documentos de identidad y el pase de conducir. Se marchó, al doblar la esquina del estadero, venía la patrulla de la policía buscándolo, le preguntaron si conocía a Braulio, y les dijo, está en el estadero a la vuelta de la esquina tomando cerveza, es uno de mi misma estura y color, vestido de pantalón jean y suéter amarillo. Los agentes se dirigieron al estadero, enseguida lo divisaron le tendieron un cerco, mano arriba. ¡Quieto no se mueva!, lo pusieron sobre el piso boca abajo, no le dio tiempo de explicarles nada a los agentes, al encontrarles los documentos, sí es Braulio, esposado fue conducido a trompadas y a patadas, lo metieron en una sucia celda sin permitirle balbucear palabras. ¡A los delincuentes hay que tratarlos fuertes!, a las patadas, decían los agentes de policía.
El Lunes por la mañana trasladaron al profesor a la cárcel de Ternera, lo desvistieron y pasó al salón de fotografía, tomándoles varias, de perfil, de frente, de espalda, luego a la sala de dactiloscopia, lo reseñaron, le hicieron su historia “delictiva” y pasó hacer parte del mosaico de los delincuentes peligrosos, le asignaron el pabellón N° 1 donde colocan los antisociales más dañinos. Su llegada a este pabellón fue terrible, al ver las cicatrices en el rostro y cuerpo de los que allí se encuentran, se asustó, sabía que le iba a ir mal.
Sigilosamente se le acerca uno, con sonrisa picara y mirada asesina, le pregunta. ¿Qué hizo nuestro amigo para llegar al pabellón de los angelitos? Ángel lo miro y vio que en su mano derecha tenía una cuchara pero su punta fina y afilada, era un puñal, el profesor se enderezó y con voz fuerte le contestó, ¡anoche mandé al infierno a dos atracadores!. El delincuente sonríe maliciosamente, Ángel sacó animo donde no lo tenía y dando un paso al frente y con voz más fuerte, le contestó, ¡guarde su risa burlona, que en el infierno necesitan otro de sus características!; da lo mismo pagar 20 que 25 años, soy feliz sacando tripas con un chuchillo con cacha de cuchara, el delincuente cambio su sonrisa.
En ese instante se acercó un guardián, y se suspende el dialogo. - ¡Que sucede!, se quedaron en silencio, simplemente se separaron, Ángel se acerca al guardián le comenta su triste caso y le solicita conversar con el director de la cárcel, le dice que es docente, este se fue en carcajada que el eco se escuchó en todo el penal. El profesor se puso triste de sus ojos emanaron lagrimas. En la noche no pudo dormir,- pensaba en el individuo del cuchillo de cuchara, si se había creído lo que le dijo.
Temprano estaba en el pabellón.- De pronto por la espalda alguien le coge de la mano, pensó que era el hombre de la cuchara- nervioso y asustado lo miro, era un guardián, comenzó a respirar tranquilo, observó que la cara le parecía conocida, usted no es el profesor Ángel el del colegio la María, ¿Qué le pasó—que hace aquí? Le dijo el guardián.
Ángel, claro, claro que sí, se alegro, enseguida le narró lo sucedido, este le dijo, no se preocupe basta con que mis dos hijos estudien en el colegio, usted les da clases de matemáticas, sí, ellos son Cristian y Ronald, el guardián le prometió que apenas llegué el director de la cárcel lo pondré al tanto. Pasó una hora, Ángel fue llamado a la oficina del director; al entrar fue recibido por una suspicaz sonrisa y mirada desconfiada, siga, siéntese.- No merezco sentarme, esto es una vergüenza a venir a caer en esta situación, dudando de mi profesión honrada y de mi personalidad, Esta desesperado le dijo el director. Mire ya indague en la Secretaria de Educación y de verdad que usted es docente, ah entonces me puedo ir, no, es el juez, después que estudie el caso. Al profesor le tocó dar las declaraciones ante el juez, quien comenzó preguntándole, que porque fue detenido, claro señor juez por idiota e ignorante, esa no es respuesta precisa, le dijo el juez y mida sus palabras y su forma de comportarse, le preguntó de nuevo. ¿Sabe porque fue detenido?.. por cobarde, y le contó el vergonzoso caso que le ocurrió, inmediatamente el juez hizo lo trámites pertinentes para dejarlo en libertad y expidió nueva orden de captura para el verdadero Braulio.
El profesor regresó a su trabajo, en el colegio sabían del porque de su ausencia. Llegó cabizbajo, debido a que su imagen y personalidad andaba en boca de toda la zona, y mirándolo como delincuente.
Braulio fue capturado en el barrio la Esperanza, cometiendo un atraco. Ángel se enterró y el sábado siguiente fue a visitarlo, lo recibió, manifestándole que lo sentía mucho por lo que le había sucedido, el profesor le agradeció por dañarle su dignidad, que ahora lo miran como un cualquiera y gentilmente se marchó, por los ojos de Braulio salieron lagrimas, lamentándose lo que le había hecho al profesor.
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