II
Y yo no tengo mucho qué escribir porque no sé usar las comas y porque no me quiero levantar de mi cama pero escribo porque la sencillez de tus palabras y la ternura de tu mirada, lo valen.
Porque aprender de ti ha sido lo mejor y Tula también. Y porque no hay nadie como tú y porque me gusta tu manera de ser y me gusta que sepas cosas que yo no sé y que tengas tanto sentido de orientación, porque yo no sé, no tengo ni puta idea.
Y porque me gusta que vayamos a lugares extraños en medio de la nada a a ver y a conocer fauna exótica y montones de tierra.
Y porque me gusta verte y platicar y que me abraces y abrazarte y que creas que estoy loca, porque pues, tú sabes estoy un poco.
Y que me escuches cuando estoy enferma o triste y que me dejes lloriquear contigo y que me cuentes tantas cosas que yo no sé por ignorante.
Y porque encantas a toda la serpiente que soy y porque quiero estar cosida a tu capote mucho tiempo más.
Porque eres tan alegre y chic como el libro que se lee en miles de formas, como el trébol de cuatro hojas que quizá no vuelva a encontrar, como el mapa que tiene los puntos cardinales al revés.
Por ser amable, lindo, guapo, culto, chido, tipo, rey, divino, responsable, buen amigo, bonachón, puntual, querido, divertido, misterioso, feliz como lombriz, cuate, consejero, refugio, sueño, fotógrafo, santo, hermoso, todo, nada, por ser tú y tú y solamente tú.
Por eso.
¿Responde a tu curiosidad?
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