El nombre de aquel encuentro lleva tu nombre.
El rostro que no dejo de ver tiene tu nombre.
El momento de silencio que detiene su tranquilidad lo hace por tu nombre.
Tratar de hacer espacio para otro nombre es porque el tuyo se hace hondo
Y aún así no poder nombrarte
Texto agregado el 18-05-2009, y leído por 85
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