Al final en las cosas que termino por andar webeando a altas horas de la noche en un día con lluvia, con una persona en la cual no he de confiar y sin embargo confio, por andar engañando a mi marido con otro hombre que no lo merece...

Paulina: nunca llegaste y al final no sabes en lo que termine, le cargue dinero a mi celular para llamarte y al final ni siquiera el telefono contestaste, por ultimo me hubieses avisado y no hubiese estado parada en medio de la lluvia esperandote por mas de una hora...

Ni menos me hubiese agarrado con quien no debia, me siento tan mal, tan vacía y llena de porcelana que a veces me siento caer una vez mas, una sola eso si porque no espero morir nunca mas, los muertos no vuelven a morir...

La cosa es que no se a quien contarle lo de esa noche, pero por lo visto el ya lo publicito en toda la facultad, que dicha la suya de haber besado a una mina mas, una weona mas que se deja caer en sus garras...

¿Será quizas el exceso de mi moralidad lo que al final termina haciendo que mi conciencia golpee contra las paredes de esta ironía?

La cosa es que yo soy un ente momentáneo para él y yo quedo estupidizada ante cada cuestión que me acontece, no estoy relativamente lista para una nueva relación de follar y besar y decir adios con la mano, tal vez tengo que afrontar las consecuancias de haberle llamado, pero si tan solo nada de esto hubiese pasado, si tan solo se me hubiese cruzado por la mente esto y no hubiese confiado en que el tipo en cuestión iba a cambiar...

¡Cambiar!

¡Va!

¿Por mí un ser podría acaso cambiar? ¿Por mí que soy mezcla de depresión, homónima y consagrada en unos pechos que ni siquiera son atractivos?

Pero de cualquier manera una no aprende tan a la ligera, siempre cae unas 100 o 1000 veces antes de darse cuenta de que ciertas cosas le hacen daño...

Y en ese intentar aprender, en ese tira y afloja que a veces nos machetea y nos sublima los pensamientos es que nos vamos dando cuenta de la dura y triste realidad: No llegaste a la hora estimada y al final termine en una fiesta con él, agarrandonos a besos sin que yo tomase verdadera conciencia de la realidad, de que ninguno de los dos es para ninguno de los dos, y que simplemente eso era una relación de calentura e idilios que no se podían estimar en manera tan grandilocuente...

Me retiro pues a ver, a filosofar acerca de la existencia de tamaña estupidez como la mía, y me marcho a beber una cafe con alguien que me espere y pueda sentir algo similar a lo mío, alguien que espero olvide como yo ciertas cosas que a veces parecieran inconexas pero que tienen más sentido del que realmente pudiere atribuírseles...