Ella se levanta de nuevo entre oscuros silencios y profundas soledades; intentando conciliar el sueño, parsimoniosamente empieza a recordar ideas del pasado; ideas que crean en su pecho una asfixiante opresión.

Con el lento parpadear de los minutos, la mujer se llena de imágenes, muchas imágenes; es tan centelleante y fuerte el recuerdo que empieza a parecer futuro; sus manos se enfrían y hablan temblorosamente de sus angustias; la exaltación parece no caber en su cuerpo, e intenta escapar por cada poro, cada exhalación, cada movimiento; intenta salir corriendo ágilmente de su pecho, mientras retumba sonoramente un tamborileo que se acrecienta cada vez más .

Es tan lejana la mañana e inmensa la desesperación, que la mujer siente derretirse lentamente; puede sentir como se deshace su cuerpo mientras el delirio de la espera se apodera de ella, la absorbe y finalmente la evaporan.