Sabiduría e imaginación son las dos caras de una misma moneda. La primera es la fuente del conocimiento, de las certezas, de los conceptos, de las estructuras racionales: la fuente de esa materia prima que más tarde la imaginación se encargará de trabajar.
Como quien juega con la arcilla: amasándola, troceándola, moldeándola en figuras unas veces caprichosas, otras absurdas y, en algunas ocasiones, de gran sutileza.
La imaginación sólo es otra modalidad de conocimiento. Una manera de llegar más allá a través del país de la libertad, el país de las abstracciones. El País de las Maravillas...
La obra de Jorge Luis Borges es un ejemplo perfecto de esta complementariedad entre el saber y la fantasía.
Borges es capaz de combinar la lógica y la estadística, la teología y la filolofía, la lingüistica y la metalingüística, la física y la metafísica con una imaginación tan lúcida como exquisita: su objetivo es provocar en el lector el asombro y el desconcierto.
De este modo, en sus "Ficciones" prodremos encontrar desde prólogos, críticas y resúmenes de libros inexistentes hasta la biografía y la bibliografía de un autor ficticio; desde cuentos policiales en los que se resuelven los misterios más enigmáticos hasta diversos relatos cortos que plantean hipótesis descabelladamente razonables. A saber:
La circularidad del tiempo, la demostración de su inexistencia, la realidad como un equívoco juego de espejos o como continuo desglosamiento de posibilidades infinitas, el cósmico poder creador de la palabra, la Historia como pura invención plagada de simulaciones y falseamientos; y así en un sinfín de teorías a cual más sorprendente.
Por ello, las "Ficciones" de Borges constituyen un poderoso y vitalizante estímulo para esa cosa que actualmente parece un tanto pasada de moda: la inteligencia.
Quizás estaría bien permitir que Alicia escapara de su celda y que durante un ratito campase a sus anchas por el País de los Espejos... Quizás estaría bien ser libre, aunque sólo fuera por un instante... Al fin y al cabo y como el propio Borges dice por boca de uno de sus personajes: "Pensar, analizar, inventar no son actos anómalos, son la normal respiración de la inteligencia. Glorificar el ocasional cumplimiento de esta función es confesar nuestra barbarie". |