Había una vez en la pequeña ciudad de Fintoown un muchacho que era muy amable y agradable que se llamaba Daniel, a el le encantaba construir aparatos que el inventaba; Entonces un día decidió comprar las herramientas necesarias para construir, así que el en su casa del árbol empezó a construir cosas para pagar sus estudios universitarios y ayudarles a sus padres en los gastos de su casa y de la comida.
El en su casa del árbol construyo una maquina de comida a la que solo le decían que querían de comer y en 30 segundos te lo daba, después un cepillo eléctrico que le aplastabas a un botón para peinarte con rizos, otro para lacio, y el otro que sea normal como el pelo que tenían las personas; entonces toda la tarde siguió construyendo. Entonces cuando ya era demasiado tarde se fue a dormir feliz por todo lo que había echo.
Al día siguiente decidió ir a vender sus creaciones en el mercado, mucha gente que pasaba no le hacia caso por que no había puesto ningún letrero, así que el joven no se rindió y pensó en cual podría ser su problema, así que miro a los otros puestos y el cuando vio el suyo se dio cuenta de que le faltaba un letrero, así que se fue a su casa y elaboro su letrero muy amativo para que la gente le comprara sus inventos entonces al siguiente día le fue mucho mejor que al anterior porque cuando vio la caja que estaba llena de inventos no encontró nada entonces llego una multitud de gente para comprar y le pidieron entonces Daniel dijo:
-lo siento mucho pero ya se me acabo todo-y una señora exclamo con tono enojado:
-esto nos pasa por cómprale a un aficionado vámonos-y Daniel dijo en su defensa:
-no quiero ser grosero pero yo que los trato de ayudar con mis inventos, no boy a quedarme aquí sentado escuchando sus insultos, yo boy a inventar cosas nuevas y mejores pera pasado mañana y si no quieren, no me compren pero ustedes se lo pierden, toda la tarde les e vendido mis inventos a ustedes y si me siguen regañando por seguir mi sueño que así sea pero déjenme decirles que yo que me enfrente ante ustedes y vine a hacer negocio para ayudar a mis padres con los gastos y para poder pagar mis estudios para poder ir a seguir y seguir estudiando en una ciudad con mejores servicios, así que ya me iré, si quieren disculparse pues envíenme una carta a mi casa del árbol háganlo, por favor reflexionen lo que les acabo de decir por que les apuesto que cada uno de ustedes tiene un sueño bastante especial-
Así que Daniel convencido de ábreles dicho lo correcto se fue a su casa y cuando subió a su casa del árbol vio 3 sacos llenos de cartas de disculpas y pues el joven se alegro de que todos reflexionaran y continuo inventando cosas se mudo a la gran ciudad de tixco y vivió feliz por siempre por que tubo su propia empresa, y se casó.