Pero no encuentro las sinfonías delicadas, adecuadas a tu imágen, borrosas, impactántes y perfectas.
Tan cruel me venciste, tan fácil me tiraste, tan rápido me mataste de tu sueño, tan confundida me dejaste.
Mi fertilidad fué un regalo de la tierra, mi fertilidad fué un castigo en tu naturaleza.
Las dudas del hombre lo hacen ser hombre, mis dudas deben ser ocultadas para no enfadarte.
Las palabras fueron libres en nuestro aire, en nuestro aire las palabras tienen que teñirse de silencio.
Las lágrimas nos llenan de aire mágico porque tiene vida, lloran muertes, sienten, mis lágrimas no pueden detener tus materialismos, los míos y la frialdad.
Me aventaste a un ruedo con animales salvajes que me devoran y temores que veo, me mataste y no limpiaste tu escultura.
Estoy cansada.
Como alguien canceroso que voltea y vé nubes negras que comen sus corneas llenas de sueño.
Podría gritar más, si tuviera voz para decirlo, pero has comido mi lengua, y mi boca, y mi pecho y mi alma y solo queda el eco de mi nombre. |