Inicio / Cuenteros Locales / criptexx / SALMO 91.5
Provengo de una ciudad sangrienta, soy acrofóbico y pretendo escribir. La suerte me acompaña y eso me asusta. He visto caer diez mil a mi izquierda como muñecos de porcelana impactados por una bola de acero, como jovencitas en extasis ante la aparición del galán de turno. He visto caer mil a la derecha como árboles milenarios cercenados por miradas clandestinas.
Sigo en pie,
caminando entre fieras que destilan amargura,
cubierto por la sangre de Cristo,
blindado contra las sombras.
La tengo a ella y no la merezco pero en mi caso la justicia no aplica. El destino me ha puesto del lado blando y me aterra imaginar que algún día se ensañara conmigo en la misma medida pues alguien tendría que recoger mis pedazos.
Temo convertirme en la última ficha de dominó, la que espera su caida mientras ve derrumbarse una hilera de indefensas réplicas.
Me espanta estar en el lugar equivocado, convertirme en una marioneta de cristal atravesada en el camino de la esfera de acero.
Me he adentrado en la oscuridad pero un chico hermoso con alas rotas y aureola oxidada enciende siempre su antorcha en el momento justo.
Tiemblo al imaginar que este ángel se tome unas vacaciones o que su antorcha se moje cuando prime lo negro.
Un recuerdo mas que pasajero me saluda. Ruedo de espaldas a lo largo de una infinita sucesión de afilados escalones. Mi chica contempla petrificada lo que estadísticamente termina convertido en la extensión pensante de una silla de ruedas.
La primera vuelta me lleva de regreso al vientre de mi madre. Compruebo aquello de "las regresiones" sin soltarle un peso a los charlatanes que visten de frac.
Sigo rodando y sigo creciendo. Salgo de su tibio estómago y me hago hombre, me caso con la mujer que mira aterrada el incesante rebotar de su esposo.
Sucede en un instante.
El mas largo y aterrador de ellos.
Termino contra la pared y me levanto como un resorte. Quiero borrarle de un beso ese gesto de angustia que se ha posado sobre su rostro. No se lo merece y en su caso la justicia si aplica. Me ahorca el alma con la fuerza de su abrazo y me moja el pecho con sus ojos rojos.
Mi cuello está algo maltrecho pero le miento, le hago saber que todo está bien, que tan solo fue uno de esos malos sueños que de vez en cuando se aparecen para sacudirnos del letargo.
Salimos.
Una tormenta de nieve respira con furia. Es un paseo hermoso. Miro hacia el cielo. Imagino que entre ese manto blanco alguien se esconde y me guiña el ojo.
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Texto agregado el 15-05-2009, y leído por 276
visitantes. (2 votos)
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Lectores Opinan |
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03-07-2009 |
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Te has librado de las cosas mas dificiles de tu vida y has visto como el mundo se durrumba a tu lado mientras esperas y pensas que algun te llegara tu turno, cierto? Creo que todos hemos sentido eso alguna vez. Unos mas que otros, como la anarquia, la delincuencia o las crisis economicas afectan a todos y algunos somos los afortunados que pese a todo estamos bien... Con algunos problemas, pero estamos bien. Disculpa amigo si no era esa tu idea cuando escribiste pero eso es lo que yo he podido deducir y analizar al momento de leer este cuento... Mistico por cierto EverM |
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15-05-2009 |
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Si te pretendes medio "raro" que crees semos el resto de nosotros? beneas |
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