Temo en el rigor de esta oscuridad honesta
el reclamo vil de tus entrañas muertas
vorágine fugaz que exige recompensa
de la conciencia atroz que enfría tu osamenta
Tiemblo en el capítulo del clímax,
cuando al son del violoncello ingrato
tu sombra abandonó nuestro delirio
y volando esfumó su descontento.
Pienso en tus razones absolutas
que tu pasado en raíz se te reclama
y en la luz iluminando tibia
tu solitario lado de la cama.
Texto agregado el 15-05-2009, y leído por 132
visitantes. (2 votos)