Cuántos años ya
tantos
como para olvidar
que los olvidamos

Los perdimos entre la selva
prendida de relámpagos ciegos
que guardaron en sus bolsillos
los párpados ágiles de tus alas

Las cenizas inundaron
la oficina destruída
de tus palpitaciones abrasadoras
de tus lunares escondidos

Ya no supo el silencio de risas
ni de llantos ni de árboles
sólo el aroma conforme
enclaustrado en tu coraza indescifrable

El viento ya no es viento
el sol no termina
la lluvia nos quema
lo que fue ya dejó de ser

Quizás sin morir
esto pudo haber sido más que rebotes
circunstanciales seducidos por la sombra
exclamaciones únicas.-