Quinto lugar en el certamen de cuentos de cien palabras "Cien VIII"


Ayer fui al parque de diversiones. Mi único deseo era poder andar
en el tren fantasma. Ese que siempre me habían prohibido porque
decían que me asustaría mucho, que me podría enfermar,
o hasta hacerme pis en la cama.
Mi experiencia fue sencillamente, espectacular. Jamás viví
tantas emociones en cinco minutos. Monstruos, precipicios, gritos, telas de
araña, hasta casi me pegan un hachazo, en fin todo eso que
asustaría al niño más valiente.
Llegué tarde a casa, me acosté pero al despertarme,
sentí algo raro. Antes de ir al trabajo debí sacar el
colchón para que se seque al sol.