-¿Cómo se te ocurre que vas a hacer eso? ¿Eres estúpido, o retardado?
El padre golpeó a su hijo, este cayó al suelo. Se arrastra. Llega hasta su precaria habitación. Cierra sus ojos y llora. Cuando los abre se encuentra en la lejana luna de Saturno, Titán. La luz es naranja, como el ocaso. Hay bosques, pasto tierno en la helada tierra, llueve. Levanta su cabeza y siente el metano sobre sus cabellos.
-No importa, estoy en Titán, y aquí llueve. Siento el aire, siento el pasto, siento la lluvia. No tengo frío.
-¡Oie! ¡Tú! Desvístete ahora.
Una niña se desviste frente a la cámara. Un hombre asqueroso se acerca a ella, desnudo. Ella cierra sus ojos.
Los abre en Titán. Llueve. Hay una especie de desierto, pero la arena es muy gruesa, como granos de café. El transparente metano corre por su cabeza.
-No importa, estoy en Titán. Puedo tirarme en las dunas de este fresco desierto, puedo descansar aquí, después de todo, esta tierra están buena que incluso donde no debería, llueve.
Un niño de clase baja camina por su campamento. La basura está por todas partes, su hedor satura el ambiente. Caminando, sintiendo el sol golpeando su nuca, cierra sus ojos.
Despierta en Titán. Camina por la orilla de una enorme bahía. Las olas golpean el hielo y las rocas, se pulverizan, todo orquestado por el sonido de la lluvia.
-Nunca más me preocuparé, estoy en Titán. Aquí llueve, aquí huele bien. Aquí puedo comer. Aquí puedo tener lo que yo quiera.
Los tres niños se juntan en un camino que lleva a una ciudad. Las casas son cuadradas, de adobe y cal. En cada casa hay un pocillo transparente que tiene en su interior una esfera derritiéndose, y de ellas sale una llama. En las puertas de la ciudad está un príncipe, lleva puesto un manto. La lluvia cesa. El príncipe tiene en sus manos uno de aquellos recipientes. En el arco de la entrada, dice Dor-Aur.
-Jamás vuelvan a ese lugar lleno de sufrimientos. Evádanse de esa realidad asfixiante. Cada vez que su corazón no lo soporte más, cierren los ojos y sientan la lluvia sobre sus hombros. Aunque crezcan y ya no recuerden nada de esto, la lluvia siempre les recordará a Titán. Lanzó un polvo sobre el frasco y se apagó. En el cielo, Saturno salía, un anillo eclipsó brevemente el sol.
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