DIA PERFECTO
Es imposible que me acuerde de todas las noches, pero la noche en que nos tomaron aquella foto que guardas en tu libro de Robert Graves no la olvidé jamás. Aún no éramos los amigos que hoy somos, con suerte fuimos unos pendejos de mierda que jugaban a ser estrellas de rock, y aunque terminamos siéndolo con el tiempo, esos juegos nunca fueron mejores que la vida misma.
Esa noche estábamos cada uno por su lado, con David nos conocíamos solo desde unos meses antes. A Iggy no lo había visto jamás, creo que había escuchado alguna que otra canción suya. Yo llevaba tres noches sin dormir y aun estaba drogado. Llevaba mis gafas para el sol día y noche. La luz del día me fastidiaba la vista, y la luz artificial también.
Una chica con acento francés estaba sentada en mis piernas y me hablaba cosas que yo no lograba entender, solo me reía, y no podía dejar de hacerlo.
Estábamos en un club londinense, cuyo nombre no recuerdo. Esos días eran raros. Se terminaba la década de los 60 y el mundo no había cambiado de la manera en que los hippies lo habían propuesto. La paz del mundo estaba cada vez más lejos. La revolución de las flores no había resuelto los problemas. Yo no recuerdo si en ese momento estaba conciente de que las cosas no volverían a ser las mismas después de todo eso.
Un muchacho flaco y muy bajo, de aspecto libanés se me acercó y me pidió un autógrafo. Tomé el lápiz e hice una mosca, no podía hacer más. Luego me pidió una foto, le dije que no me encontraba en condiciones de tomarme una fotografía, que me disculpara, entonces se marchó. Al rato recuerdo haberlo visto junto a Iggy y el grupo de amigos que andaba con él.
David se acercó a saludarme y me invitó un whiskey que me duró un respiro. Me habló de "Ziggy Stardust" y me fastidió la claridad con que veía las cosas. Yo llevaba semanas borracho y sin un rumbo claro. La Velvet ya era historia para mí, y luego de eso me había quedado sin ideas. David me seguía hablando de su proyecto más ambicioso en la vida, y estaba tan entusiasmado. Me enfermaba cada palabra que salía de su boca. Me puse de pie y lo dejé hablando solo. Me fui al baño a mear. David era un tipo sencillo, me reflejaba mucho en él, y en cierto modo odiaba su talento. Lo paradójico era que él me admiraba mucho, y yo me sentía una mierda.
Cuando volví del baño la francesa se me colgó del cuello. La empujé hacia unas sillas y quedó desparramada en el suelo. Estaba peor que yo. David me llamó. Estaba con Iggy. Me acerqué y fue entonces que apareció de nuevo el chico libanés y nos pidió una foto. Aceptamos.
Al rato me aburrí. La misma gente, el mismo lugar. La misma música. Los mismos tragos, las mismas drogas. El mismo humo, el mismo hedor. Los mismos colores, las mismas chicas, los mismos trajes, las mismas ideas, los mismos pensamientos, los mismos imbéciles hablando las mismas idioteces de todos los días.
Me cansé de todo eso y de todos. Me cansé de ser alguien que nunca había sido. Me cansé del embuste en que me había transformado. Me cansé y me fui a casa. Creo que necesitaba descansar un poco.
A la mañana siguiente escribí "Perfect day".
(Inspirada en aquella foto de David Bowie, Iggy Pop y Lou Reed...)
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