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Vivo entre la soledad de aquellos que me rodean.
Cada día me dán una limosna cuando canto y algunas más cuando bailo.
Vivo a la deriva de mis prójimos y mis prójimos viven en un mundo tan diferente, que no se aproxima ni un poquito siquiera al mío.
Cuando el sol se oculta, busco un refugio en la ciudad, más nadie me dá cobijo, tán sólo puedo estar en un portál.
El frío se hunde en mis carnes y mis pobres carnes tiemblan, más véo pasar a aquéllos, aquéllos que me van mirando de reojo, calientes y felices.
Cómpro un bocadillo y una lata de cerveza con ese donativo que alguien puso en mi mano, y doy gracias a Dios de que ése alguien fuera tan humano.
Me caliento con el fuego de una hoguera al lado de la basura, en un callejón dónde otros cómo Yó, se pelean por nada, una nada para nadie, pero que es el todo para nosotros.
Llévo la ropa de áquellos que no la quieren, ropa tan usada que se hace jirones, y a veces pienso que mi vida es cómo esa ropa, tan llena de agujeros grandes, que me acabo perdiendo en los mismos.
Escucho música en el parque, música gratuita, conciertos al aire libre que son, menos mal, para todos en general.
Un día busco trabajo llevando portes por un precio muy bajo, a veces lo encuentro, y me siento distinto, parezca que vuelva a ser un valído de la sociedad.
Véo a los que merodean los alredores de las viviendas, encapuchados con un arma blanca en la mano, entran, matan y roban todo lo que encuentran.
Ellos tienen ese día para comer, pero su alma nunca estará tranquila, su conciencia les perseguirá durante toda la eternidad.
Yó tendré muy poco para comer, pero vivo féliz, porque mi conciencia no me tiene nada que decir.
Camino todo el día, si me dieras una limosna te llevaría por toda la ciudad, por cada calle de la misma, por cada plaza que seguramente no hayas pisado en tu vida.
Me conozco las horas que salen los trenes, a los cuales subo cuando se ponen en marcha, voy en los vagones más apartados, dónde las maletas me caén encima, dónde se respiran olores extraños, dónde nadie quiere viajar.
Y aún así, mi vida es tranquila, he conocido y conozco más cósas que los demás, porque tengo algo que otros no tienen, tengo tiempo y libertad ...

Escrito por Carlos Them

© Copyright Carlos Them 2008. Todos los Derechos Reservados. All Rights Reserved.

Texto agregado el 11-05-2009, y leído por 157 visitantes. (0 votos)


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