_ nos vamos a divorciar- aquella decisión la dejo anonadada, ¿como tenia que actuar? ¿Debería alegrarse o entristecerse ante la idea? Sus padres denotaban un tono serio y un porte decisivo, miró aquellos ojos y le pareció ver en los de su madre, emoción y alivio, pero su padre en cambio emitía rabia, tristeza y desolación. Shara lanzó un suspiro, no sabia que decir y tras vacilar un instante dijo:
_ me alegro.- se levantó y se fue a su dormitorio. ¿Ahora iban a hacerlo? ¿Justo cuando ella tenia planeado marcharse?, pensó que hubieran podido hacerlo antes, pero ambos ataban entre ellos rutinas y costumbres. Shara tragó saliva, le parecía el final de una pesadilla pero también sentía una pequeña e irremediable tristeza, tristeza de ver que el amor y la convivencia de sus padres había llegado a su fin. Miró a su alrededor, le faltaba poco para acabar sus estudios e irse allí a Barcelona, pero, ¿que pasaría hasta entonces? ¿Adonde se Irian a vivir? ¿Como estaría a partir de ahora la situación? Llamó a Dylan, necesitaba oír su voz pero este se dio cuenta enseguida de que algo no iba bien y que ella no se encontraba con ánimos para nada, insistió en varios intentos pero shara no quería hablar del tema, sin embargo antes de colgar, un pequeño sollozo salió de su garganta y se desahogó con el.
_ no te preocupes mi vida, todo saldrá bien, yo estaré contigo- la tranquilizo Dylan con su pausada y segura voz. Pero ella sabía que a pesar de sus tranquilizadoras palabras, estaría sola ante esos momentos, estaban muy lejos el uno del otro.
_ Lo se- se limitó a contestar con un leve susurro. Los días que siguieron fueron tensos y llenos de cambios, tardarían mucho en que el divorcio estuviera listo. Buscaron nueva casa, vendieron la que tenían y paco busco un apartamento cerca de un parque que shara frecuentaba con Erika, una de sus amigas. Shara se esforzó al máximo para terminar sus estudios, iba con frecuencia a casas a ofrecer su pequeña experiencia, y poco a poco sus ahorros fueron incrementando. Ya tenía 700 euros, su madre finalmente encontró un piso para ellas dos cerca de la estación de autobuses, y cuando entro por primera vez en donde seria su nuevo hogar, sintió una pequeña punzada de nostalgia. Echaría de menos su habitación de siempre plagado de velas, póster y fotos, echaría de menos aquel barrio donde había vivido desde hacia mucho tiempo, y echaría de menos a su vecina, la pequeña y triste María. Pensó en cual seria el destino de esta y que pasaría con ella. Fue a despedirse de ella, fue la única de los vecinos a quien dijo adiós.
_ yo también voy a extrañarte, me has ayudado mucho, y…- María se volteó y volvió a mirar a shara con una angustia de tristeza y preocupación- yo algún día también me iré, quizás a Madrid, Barcelona o algún lugar. No te preocupes, algún día nos veremos, aunque se que te irás allí, te deseo lo mejor del mundo y se feliz.
Shara tenía los ojos llenos de lágrimas.
_ Claro que si, tu también se feliz, en serio María, escápate, busca tu camino y aléjate- se enjugó las lagrimas y la abrazó fuertemente- lo conseguiremos, ya lo veras.
María asintió y lloró silenciosamente. Después ambas se despidieron con tristeza y mientras shara caminaba dejando atrás aquel barrio, la plaza, los multiregalos, y a María, supo que ya no iba a volver a verlos. Dylan fue a Córdoba un fin de semana y apoyó a shara en todo, la hizo feliz en aquel corto tiempo y se despejó bastante. La necesitaba a su lado aunque no solía decírselo con frecuencia y ella también lo necesitaba a el más que nunca. Quedaban dos meses para que shara terminará por sin sus estudios, Dylan prometió buscar un piso para los dos.
Los días que pasaron fueron siguiendo tensos, aparte de que Marian y paco estaban pendientes del papeleo, una fuerte pelea se desató entre ellos y shara fue testigo de cada palabra. Se asombró al ver lo que se habían convertido ambos, ya no quedaba nada de aquel matrimonio, ni de aquel pequeño cariño que en alguna etapa de sus vidas habían experimentado. Ahora eran dos personas dispuestas a seguir su camino independientemente y a reprocharse mutuamente los fallos y errores del otro. Su relación con ella no cambió, su padre seguía diciendo que era la niña de sus ojos, y su madre seguía siendo como era con ella.
Esos días fueron duros para ella, se asimilo a la situación con dificultad pero notó un cierto alivio y libertad. Se dedicó a escribir y escribir, terminó una historia que dejó pausada y se sorprendió cuando la terminó, nerviosa y excitada fue a una imprenta y la encuadernó su historia tal como ella pidió. También encuaderno unas cuantas poesías que escribió y cuando lo tuvo todo entre sus manos, se sentía completa y ansiosa por lograr el mayor sueño de su vida.
Iba a luchar, ahora tenía mas fuerza que nunca, en su mente solo había dos metas: luchar por su sueño y luchar junto a Dylan.
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