Desnuda y frágil
como un lirio de cristal en el regazo
y aroma a hembra eclipsando el tiempo,
ampliado el segundo a infinito universo
ante el poder que lo embarga;

Yo te recreo
en el recuerdo húmedo aquel
de como amarte sin usar palabra.

Embrujo, fue tu nombre verdadero
desde el primer deseo de acontecer
en tu mirada - y de ser habitante eterno
enroscado perenne en tus iris -
pidiendo, de cada muerte, volver
a tus dedos.

Volver…

Volver a verte, desnuda y frágil,
como un lirio de cristal en el regazo
y nunca mas querer exceder el abrazo
que transforma la magia a nunca más ser
-de transparente sílice de tallada flor-
a cristalina alfombra en mil pedazos.

Afiladas aristas como espadas quedan
allí donde fueron a morir; Y desde el ayer
laceran y se clavan a modo de rotos lirios carmesí
en el lienzo cortado del pecho;

Y a rojas pinceladas.