En una esquina desconocida del tiempo
cuando los soles dormitaban fugaces,
las estrellas del universo
despertaron congeladas del desfase
alineando cuentos, ideas e invenciones.
Ellas fueron quienes doblaron las esquinas,
las que siempre perduraron en su alquimia
las que guardaron del polvo al tiempo
las que anidaron esperanzas para el pueblo.
En un rincón de aquella casa y maleficio
los malditos desangraron los lamentos,
sus miradas permanecen en mis sueños
aunque a veces suelen verse en otro infierno.
En un rincón de aquella casa atribulada
hay algunos que sus culpas nunca lavan...
Mi casa es tu casa, mi amigo
bienvenido, cuando quieras da lo mismo...
Texto agregado el 09-05-2009, y leído por 109
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